Porque de eso se trata vivir…salir de la zona de confort y animarse a descubrir nuevas geografías…
Nunca como en estos tiempos la emprendedora y pujante actividad turística a nivel global propone a los viajeros una diversidad de alternativas cercanas y posibles de concretar. Como por ejemplo: los viajes a Mazatlán. A veces, la escasa información certera genera cierto desánimo, de aquí que vale la pena aceptar la invitación de comenzar a explorar paquetes, aéreos, alojamientos, promociones y financiaciones disponibles. La posibilidad de realizar tu sueño y el de tus seres queridos es hoy, una realidad, y a la medida de tu capacidad presupuestaria.
Un destino para descubrir en familia o amigos. Una combinación perfecta entre bellezas naturales, tranquilidad, entorno amigable y una multiplicidad de actividades deportivas para disfrutar en plenitud al aire libre.
Porque los viajes a Mazatlán constituyen una cita impostergable con la magia de la geografía del noroeste mexicano, en el estado de Sinaloa.
Playas de suave oleaje, delicadas arenas blancas y un mar en distintos tonos de azul…Y ese malecón para enamorarse, apenas veintiún kilómetros…El más extenso a nivel mundial para conocer y olvidarse, aunque sea por unos días de la rutina, las personas, lugares habituales, y el catálogo de obligaciones tediosas pero impostergables…
Un territorio que invita a gozar de la vida al aire libre, tomando distancia de dispositivos y pantallas. La propuesta es poner al cuerpo en movimiento, serenar la mente, respirar profundamente y dedicarse a la práctica de: surf, natación, windsurf, bicicleta de montaña, golf, avistaje de fauna y flora preservada, ecoturismo, etc.
Pero también es un lugar en el mundo para descubrir otra cultura, gastronomía, movida nocturna y más…Como el Centro Histórico, la Mansión de los Redo, el Teatro Ángela Peralta-desde 1990 declarado Patrimonio Nacional-fundamental en la historia cultural de la ciudad, Centro Municipal de las Artes, los Monumentos a la Mujer Mazatleca, Pedro Infante, y a la Continuidad de la Vida, y “una joyita”: el Cerro “Crestón”, a 157 metros sobre el nivel del mar y su Faro en la cima, el primero en su tipo natural del mundo. Un espectáculo en sí mismo para sentir, visualizar y abrazar. ¡Bienvenidos!
















