Diseñador de moda, coleccionista, pintor, escritor y caricaturista
UNA MIRADA ATRÁS
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ BADILLO
Originario de Ozuluama, Veracruz magno lugar de la huasteca en donde nació el 28 de abril de 1918, quedó huérfano a la edad de un año, llegó de niño con su tío Gonzalo Herrera Saldaña en plena alborada del campo petrolero de Poza Rica, el que vio crecer en su adolescencia, siendo administrado por la Compañía El Águila; en el año de 1926 salió a la Ciudad de México en busca de una expectativa muy enigmática, él solo quería una mejor calidad de vida y lo logró con sus innatas virtudes, triunfando estrepitosamente a nivel nacional e insertó internacionalmente como es un excelso diseñador de moda femenina, escritor, fue caricaturista, un apasionado coleccionista, pintor e ingenioso.
Una tarde de 2008 en la colonia Algarín de la ciudad de México fui recibido por Don Ramón Valdiosera Berman, previa cita por teléfono, yo no lo conocía, hable a su estudio y su asistente me comunicó con él, me presenté y le dije que mi deseo era darle el libro de “La maquinita Cobos-Furbero”, sin titubeo amablemente me dijo que me esperaba el domingo siguiente, a donde llegue junto con mi esposa, Arcelia Pastrana Pérez, y mi estimado amigo Remigio Del Ángel Fernández, Don Ramón Valdiosera atento nos recibió y saludamos muy calidos como si tuviéramos mucho tiempo de conocernos.
Ya en la sala de inmediato le dije, Don Ramón, le traigo este bello libro que tuve la suerte de poder escribir, lo recibió, me dio las gracias y de inmediato lo empezó a hojear, y me preguntó, si hablo sobre la historia del Cerro del Abuelo, le conteste, que sí y nos empezó a platicar por que se llama así el inmenso altozano, símbolo de nuestra ciudad de Poza Rica, lo que me confortó al ratificar mi investigación en la historia de este icono, que denotó también las vivencias de Valdiosera Berman sobre nacimiento de la ciudad.
La plática siguió con la invitación infalible del cafecito y galletas de repostería muy al estilo de la Ciudad de México, de pronto Don Ramón empezó a platicar muchas de sus mundologías de su niñez, la tristeza de quedar huérfano de su papá, Don Ramón Buenaventura Valdiosera Ruiz, que dejó viuda a Doña Cristina Berman Saldaña, su joven mamá, por lo que fue apoyado por su tío, Don Gonzalo Herrera Saldaña, quien llegó a Poza Rica trabajando en la compañía El Águila y fue quien instaló en 1933 la Batería de Separación del Campo Uno, situado atrás del Deportivo Petrolero, su casa que colindó con la instalación petrolera fue típica de aquella época a base de paredes de otate, techo de palma sostenido a base de horconaduras de árbol, iluminados por las noches con los quemadores de gas, a los que coloquialmente llamaban mechones.
De repente Don Ramón se levantó de su cómodo sofá y sacó de un cajón de su librero un libro y me lo obsequió, fue como logre conocer el interesante libro que él escribió, “Petróleo Violento” una obra tipo novela que marcó el inicio de su vida y la del Campo Petrolero de Poza Rica, regalo que me llenó de orgullo y me hizo en ese momento una persona muy afortunada por la entrega personal y el testimonio histórico de los días en que sobrevivir en este medio hostil y sin autoridades fue toda una hazaña para los buscadores de mejor vida en la naciente industrias del petróleo.
En esa visita, tuvimos la gran oportunidad de ver y escuchar de viva voz de Don Ramón, la explicación de algunas de sus obras pictóricas que en ese momento él tenía en su estudio, una verdadera capacidad de creatividad, calidad de su obra y lo expresivo de sus pinturas, de las cuales regaló a personalidades del arte en la Ciudad de México, lo que sin duda lo hizo un virtuoso de esa expresión fina.
Muy entusiasmado continuó su amena charla, de una caja de madera sacó varias revistas de historietas a base de caricaturas bien acomodadas por personajes, lo que nos sorprendió, nos comentó, todas fuero editas y difundidas en el país, obras que engrandecieron con su ingenio la cultura mexicana en una época en que ese era un medio de comunicación y diversión de mucha gente.
A una pregunta de Remigio Del Ángel sobre la cultura Huasteca, la respuesta fue llena de entusiasmo, platicó sobre los precursores de la cultura en nuestros días, se refirió a Raúl Pazzi Sequera y su paisano Juan Francisco Gomez Nieto, ambos símbolos contemporáneos de la cultura huasteca, muy enfático y lleno de orgullo nos platicó que una de sus aportes a la cultura fue el diseñó del vestido para la mujer que encierra las diferentes zonas como de la huasteca; la alta, costera del llano Norte de Veracruz, potosina e hidalguense, que es representativa nacional.
El singular atuendo fue inspirado para unir las cuatro huastecas actuales para bailadoras de huapango, un conjunto que integra el petob y el quetzquemetl los que fueron tomados del vestuario de la indígena de la huasteca potosina, de la mujer del estado de Hidalgo se obtuvo de la falda de dos olánes a media pierna, de la jarocha del Sur de Veracruz se adoptó el mandil, el abanico, se integraron los collares y de la cuera tamaulipeca los flecos que prenden del quetzquemetl, les puso el bordado de esta prenda y el mandil, todo agregados a base de estambre de colores; el amarillo, rosa mexicano, anaranjado, rosa pálido, guinda y los verdes bandera y limón; la retama es una flor huasteca bordada, que hace de la mujer en su zapateado una prenda única y admirada.
Desde 1935 inició su labor en historietas, pero en el año de 1940 molesto por la crítica de los mejores modistos del mundo, quienes decían que en México no existía una moda nacional, propia que le diera identidad al país, después de trabajar algunas piezas y pedir a algunas bailarina de ballets para que modelaran, solicitó un espacio en el palacio de Las Bellas Arte para presentar una sesión de moda, se le concedieron, y fue como debutó en la sala Manuel M. Ponce montando su primer desfile de moda de estilo netamente mexicano, con la asistencia de damas de la alta sociedad, artistas del cine y con la prensa nacional, resultando un éxito, que vio nacer en ese día al precursor de la moda mexicana.
Desde su afortunado debut, Ramón Valdiosera Berman consagró gran parte de su vida a instituir moda para las bellas mujeres mexicanas, durante el año de 1949 montó con mucho entusiasmo su primer desfile en Nueva York, nada menos que en el hotel Waldorf Astoria, día en el que se internacionalizó. Siguió su prolífera carrera creando moda basada en la cultura mexicana, de la que era un experto conocedor. Su magno momento fue en la ciudad de los rascacielos, donde se le reconoce y llamaba “The Father of Mexican Pink”, haciéndose famoso como el creado del “Rosa Mexicano”, a lo que Don Ramón nos comentó, que para él, era el “Rosa Bugambilia”, mientras platicaba muy emocionado, pues en eso días él ya tenía una década de haberse retirado de la moda, ya que fue en el año de 1996.
Tuvo la deferencia de crear el uniforme para las aeromozas y personal de la línea aérea “Mexicana de Aviación” durante el año de 1968, entre las diferentes secciones de trabajo de la aerolínea, incluso nos comentó muy emocionado, que también diseños moda exclusiva para actos de promoción turística, teniendo una cortesía por varios años de viajar en las naves aéreas con un lugar exclusivo de la primera clase a donde el tuviera que desplazarse en el mundo.
Realizó una gira por el Sur del Continente Americano llevando bellas modelos, a las que atavió con sus exclusivos vestidos de la moda mexicana, en donde arrancó suspiros de las mujeres que vieron por la pasarela algo nuevo, lo que bien consideraron un excelente opción sobre la moda europea o americana, Ramón Valdiosera como escenógrafo, participó en los fondos de la obra Yo, Colón, con la que Cantinflas inauguró el Teatro de Insurgentes en 1953.
Otro éxitos con exclusiva deferencia de presentar por primera vez, una exhibición de moda en las áreas perimetrales de las emblemáticas pirámides de Teotihuacán donde colocaron las pasarelas en una noche exclusiva de la magna moda de Don Ramón Valdiosera, de la que dieron nota las mejores revistas de moda del país y extranjero, exaltando la cultura mexicana en todos su nivel y esplendor; en el año de 1961 presentó un desfile de modas con prendas inspiradas en canciones de Agustín Lara.
Escribió varios documentos, pero dos de sus libros más exitosos son 3000 años de la moda mexicana y “Petróleo Violento de la editorial Diana publicado en el año de 1983, relatando sucesos del nacimiento de Poza Rica como campo petrolero, y la lucha laboral, un libro agotado y codiciado por coleccionistas en el mundo.
Fue director de los mejores diarios mexicanos de Comics: “El Pepín” y “Chamaco Chico”, tuvo el alto honor de ser fundador del Museo de la Historieta e Ilustración Mexicana, Presidente fundador del Comité del Centenario de la Historieta Mexicana y de la Academia de artes secuenciales, otra distinción lo fue en el Museo de la Historieta Mexicana, el que tiene asignado como nombre “Ramón Valdiosera Berman”
Ramón Valdiosera se retiró de la moda en 1996, concluyendo así más de 50 años de una muy prolífera y versátil carrera que integró varias disciplinas y géneros como diseñador de vestuario para películas, pintor de obras donde destaca las Danzas y tradiciones mexicanas, exposiciones de sus objetos de colección destaca la que se presentó en el Palacio de Hierro que fue depositaria de lo más exclusivo de ese tiempo, su legado es inmenso; poco menos de 30 desfiles de moda en México y extranjero que incluye Francia y los Estados Unidos, escribió poco más de 25 libros, diseño el traje regional de Quintana Roo, de “La Chetumaleña”, que lo pondera como un gran personaje en la historia de México.
Lamentablemente Ramón Valdiosera Berman falleció el 11 de abril de 2017, una de las noticias que consternó al país y la moda en el mundo, nota que llegó a esta ciudad petrolera, donde dejó mucha familia, vino a Poza Rica en varias ocasiones invitado por el Circulo Huasteco de Poza Rica, su libro es un tesoro para la historia de Poza Rica, mientras en el país se le sigue reconociendo como una indiscutible figura que tuteló con mucho orgullo la moda mexicana, mañana cumple cinco años de su triste partida a la vida eterna, la que generó una inmensa ausencia en el mundo creativo. Por ende, donde se encuentre en la gloria, recordamos aquella ilustrativa visita, primera de seis. ¡Agradezco la deferencia de su amistad!