El tesorero de la directiva denunció una serie de gastos irregulares del presidente, y optó por renunciar al cargo.
Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver.- Tras denunciar una serie de irregularidades en las que presuntamente ha incurrido el presidente de la Asociación Ganadera Local (AGL), Federico Rosales Vicencio, el ingeniero Jorge Alberto Tristán Riego decidió renunciar al cargo como tesorero, y optó por no participar en el proceso de reelección de la directiva.
Mediante escrito dirigido a Eduardo Hervert Cabrera, presidente del Consejo de Vigilancia y Fiscalización de la AGL, Tristán Riego denunció desde meses atrás que detectó que, tanto el presidente como el secretario, Bruno Reyes Alamilla, estuvieron generando elevados gastos, en su mayoría por consumo de combustible.
Indicó que ambos entregaban facturas y ordenaban a los empleados de las áreas de Farmacia y Oficialía Mayor el pago inmediato de las mismas, pero sin antes notificarle en su calidad de tesorero.
Ante ello se ordenó a los trabajadores que antes de pagar una factura tenía que ser aprobada debidamente, sin embargo, los pagos se siguieron generando, por lo que tomó la decisión de no firmar cheques.
Asimismo, detectó un cheque a nombre de Federico Rosales por 32 mil pesos por la compra y transporte de un toro para la barbacoa de la Asamblea Anual, pero el cheque fue autorizado por el mismo presidente y el secretario de Acuerdos, Bruno Reyes Alamilla, pero este último sin ningún derecho a firmar, por lo que Tristán Riego calificó que esta acción “atropella gravemente los estatutos que rigen a esta organización ganadera”, además de hacerlo a un lado para poder hacer uso de recursos económicos sin su autorización.
Asimismo, mencionó que sobre la avenida Independencia la AGL tiene un edificio, cuya parte baja se rentó por un monto de 40 mil pesos mensuales desde diciembre del 2022, pero desde esa fecha los ingresos jamás fueron reportados a la tesorería, y solo le entregaron copias de ficha de depósito de una parte del dinero recaudado, en tanto que otro porcentaje se utilizó para comprar piso, pero sin informar previamente a la tesorería.
Aunado a ello, reportó, tampoco se le ha mostrado el contrato de la renta de dicho local.
Jorge Alberto Tristán también se inconformó debido a que los informes de gastos se le entregaban un día antes de cada Junta Anual Ordinaria, lo que le imposibilitaba conocer a detalle los movimientos, por lo que solicitó al Consejo de Vigilancia y Fiscalización la intervención para poner orden, pues calificó que se trata de una situación grave, en especial con la firma de cheques, mismos que deben ser autorizados únicamente por el presidente y el tesorero.
Sin embargo y ante la falta de interés por resolver la problemática, Tristán Riego presentó formalmente su renuncia, ya que muchas veces fue ignorado al momento de tomar decisiones para la firma o conocimiento actividades que representan ingresos o en su caso egresos.
En medio de este conflicto el presidente Federico Rosales Vicencio se reeligió para ocupar el cargo otros dos años, proceso en el cual Tristán Riego se negó a participar para ocupar de nuevo la tesorería.
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