La tarde del martes 11 de enero del 2011, la flota atunera del Golfo era castigada por rachas huracanadas y olas de hasta 10 metros de altura. Al caer la noche, el clima empeoró y fue entonces cuando en la radio se empezaron a escuchar los desesperados llamados de auxilio del Black Fin. “Nos estamos yendo a pique…”, aseguraba el capitán Hugo Morales Hernández.
La tripulación del barco Scorpio y el Intrépido, que se encontraban en la zona de pesca, respondieron de inmediato al llamado de auxilio y enfilaron hacia la posición del Black Fin, a 331 millas náuticas (613 kilómetros) al noreste del puerto de Tampico.