Por primera vez, el arte contemporáneo “aterriza” entre las grandes pirámides de Guiza y la meseta arqueológica que las rodea. El proyecto ve la luz gracias al trabajo de Art D’Égypte, una plataforma cultural fundada en 2017 por la franco-egipcia Nadine Abdel Ghaffar, quien sube la vara un poco más cada año. De hecho, la exposición Forever Is Now, inaugurada el 21 de octubre (y que continuará hasta el 7 de noviembre), es la cuarta en la cartera de Art D’Égypte, pero la primera que incluye a artistas internacionales —Alexander Ponomarev, Gisela Colón, João Trevisan, JR, Lorenzo Quinn, Moataz Nasr, Sherin Guirguis, Shuster + Moseley, Stephen Cox RA, y S.A.R. el Príncipe Sultán Bin Fahad— en un lugar único de indudable resonancia y sugestión. “Las pirámides han inspirado a artistas de todo el mundo, y esta es una oportunidad para un encuentro inolvidable entre el arte, la historia y el patrimonio”, comenta Ghaffar.
Situada a 25 kilómetros al suroeste de El Cairo, la Necrópolis de Guiza es posiblemente uno de los lugares más emblemáticos de todos los tiempos: el complejo funerario de 4,500 años de antigüedad incluye la mundialmente famosa Esfinge y la Pirámide de Keops, la única de las antiguas Siete Maravillas que ha sobrevivido. “Siempre he sentido una gran admiración por esta civilización”, prosigue Ghaffar, enumerando sus logros en un amplio abanico de campos (desde la ciencia hasta la justicia social). “Pero, sobre todo, los antiguos egipcios fueron capaces de inventar y construir monumentos que hasta hoy no podemos comprender ni reproducir del todo.
Por ello, un evento de arte contemporáneo en este lugar, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial desde 1979, parecía, si no inimaginable, al menos muy complicado de realizar. “Curar una exposición fuera del clásico ‘cubo blanco’ es siempre un gran reto, al que estamos acostumbrados a enfrentarnos cada vez que hacemos una”, admite Ghaffar, “pero esta las supera todas”. Explica que la verdadera prueba consiste, sobre todo, en orquestar a diferentes actores, que responden a diferentes reglas, para llegar a “un resultado final orgánico”. De hecho, ha sido capaz de activar numerosas asociaciones públicas y privadas, y el resultado está bajo la égida del Ministerio de Antigüedades y Turismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el patrocinio de la UNESCO.
Criada en Alejandría, Egipto, hija de un coleccionista y, por lo tanto, acostumbrada a asistir a exposiciones y estudios de artistas desde una edad temprana, Ghaffar se introdujo en el mundo del arte después de trabajar en el diseño de interiores. Mientras organizaba exposiciones en Egipto y Dubái para promocionar a los artistas egipcios, desarrolló la idea de una plataforma innovadora que pusiera de relieve el panorama de las artes visuales contemporáneas de Egipto y, al mismo tiempo, diera a conocer su patrimonio histórico. Así nació Art D’Égypte, por lo que el pasado mes de abril recibió el título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de manos del embajador francés en El Cairo.
“Nuestro objetivo es democratizar el arte haciéndolo accesible a todo el mundo”, dice. “Con la ayuda de nuestros socios, hemos creado programas de becas y residencias para artistas, y también organizamos eventos públicos regulares, como conferencias y clases gratuitas”. Al mismo tiempo, la organización está muy centrada en involucrar y apoyar a las comunidades locales: “Por ejemplo, en 2020 Art D’Égypte inició viajes escolares a las pirámides para educar a las futuras generaciones en la protección de su patrimonio, y ayudamos a las familias a renovar los carros de caballos que utilizan para transportar a los turistas, lo que apoya sus ingresos.
Consciente del poder blando de la diplomacia cultural, Ghaffar está decidida a utilizar el arte para crear oportunidades de cambio social, por lo que durante el punto álgido de la pandemia de covid-19 las actividades no se detuvieron, sino que se trasladaron a internet. Ahora, sin embargo, es el momento de la experiencia física: un evento que crea un espectacular cortocircuito entre el pasado y el presente y vuelve a poner a Egipto en el mapa de la creatividad artística. “El arte contemporáneo alrededor de las pirámides, creo, añadirá magia tanto al arte como a las pirámides”, anunció Zahi Hawass en un video en Instagram. El célebre arqueólogo, que asesoró en el recorrido de la exposición, forma parte del consejo de Art D’Égypte y fue uno de los primeros en creer en una exposición en este lugar, cuyo carácter sagrado subraya: “El arte en Egipto se hizo porque los egipcios creían en la vida después de la muerte”.
Por otro lado, en 2019, Ghaffar eligió una mezquita de la famosa calle de El Cairo, la calle Al-Muizz, para instalar obras exclusivamente de mujeres artistas en una zona tradicionalmente reservada a los hombres (en esa misma ocasión, comenzó a involucrar a la comunidad local, por lo que consiguió el apoyo de la UNESCO). Desde luego, confía en el poder femenino: “Las mujeres egipcias son las que han hecho historia durante mucho tiempo”, dice. Y recuerda a las reinas de la antigüedad, como Nebet y Hatshepsut, pero también a la princesa Fatma Ismail, a la que debemos el nacimiento de la Universidad de El Cairo, y a la primera aviadora árabe Lotfia ELNadi: “Las mujeres egipcias siempre han tenido un impacto, y nosotras no somos diferentes”.
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