PERDIDA DEL OLFATO Y ELGUSTO.
Dr. Ignacio Espinosa. Médico Internista. Tels: 782 82 2 6352 y 782 888 0056.
Uno de mis dos lectores y medio, de la revista quincenal: https://espacio4.mx, me describió su estado clínico, para que le proporcione mi opinión al respecto:
“Inicio de fuerte gripa de mediados, a fines de Dic de 2018
Tratamiento: antibióticos como azitromicina, inyecciones, cataflam, y sensibit d. Para principios a mediados de Enero 2018 empieza a ceder la gripa pero no del todo. Y empiezo con la manifestación de la perdida de los sentidos del gusto y del ofato. Todo lo anterior atendido por mi médico de toda la vida con toda mi confianza. Luego voy con una Dra. Otorrino y me dice que la gripa fue tan fuerte como Influenza sin llegar a ser influenza. Y que tal vez en el tratamiento original falto buen desinflamante más poderoso. Y me dio tratamiento para influenza como Tamiflu previo radiografía de senos paranasales o nasales que indicaban aún inflamación. Y también me receto diprospan. Y fue quien me dijo que el nervio olfativo se había destruido. Y se controló inflamación y gripa pero no asi los sentidos perdidos. Y de ahi ha sido recorrer medicina alternativa como acupuntura, imanes, flores de bach, microdosis, herbolaria y tengo 6 meses con homeopatía. Y hasta la fecha sin resultados.”
Todos los compuestos químicos ambientales necesarios para la vida entran en el organismo por nariz y boca. Los sentidos del olfato (olfacción) y del gusto (sabor) vigilan esos compuestos, determinan el sabor y la palatabilidad de los alimentos y bebidas; asimismo, advierten sobre condiciones ambientales peligrosas, como incendios, contaminación del aire, fugas de gas natural y alimentos cargados de bacterias. Estos sentidos contribuyen mucho a la calidad de vida y cuando son disfuncionales, pueden tener consecuencias físicas o psicológicas adversas.
La capacidad para oler depende de factores, como edad, género, salud general, nutrición, tabaquismo. Existen decrementos notables en la capacidad para oler en más del 50% de la población de 65 a 80 años de edad, y en 75% de los sujetos de 80 años de edad y más. Esto ayuda a explicar por qué muchos ancianos refieren que la comida tiene poco sabor, un problema que puede generar trastornos nutricionales.
Aparte del envejecimiento, las tres causas identificables más frecuentes de hiposmia prolongada o permanente son, en orden de frecuencia, infecciones respiratorias superiores graves, traumatismo encefálico y rinosinusitis crónica.
Las infecciones respiratorias superiores, como resfriado común, influenza o VIH, pueden dañar de forma directa y permanente el epitelio olfativo. OJO: la pérdida o disminución del olfato y el gusto, NO son específicos de COVID. No se dejen “apanicar”
Un estudio informó que los pacientes con hiposmia (disminución del olfato) pueden beneficiarse con olores fuertes (aceite de eucalipto) antes de acostarse y de inmediato al despertar todos los días durante varios meses. La sustentación de esta estrategia proviene de estudios en animales que demuestran que la exposición prolongada a olores puede inducir la actividad nerviosa en el bulbo olfativo. Puede ayudar el aumentar la condimentación de los alimentos con especias y hierbas aromáticas: menta, albahaca, orégano, romero, tomillo, laurel, hinojo, ajo, zumos y pieles de cítricos, sal, con cuidado de no echar medio salero. Elegir sabores fuertes, como el queso curado o el jamón, y mezclarlos con cremas o verduras para potenciar su sabor. Elegir alimentos templados o calientes. Algunos estudios concluyen que aquellos alimentos con sabor dulce, amargo o umami podrían verse potenciados si se consumen en caliente. Además, si nos basamos simplemente en la termodinámica, en caliente, los alimentos aumentan la liberación de compuestos volátiles y eso potencia el componente olfativo del sabor.
https://www.lavanguardia.com/vivo/salud/20170118/413442325111/trucos-para-mejorar-olfato.html.
Mis conclusiones para este lector son:
La causa de la pérdida del sentido del gusto y el olfato, fue la infección viral que lesionó los sensores de nariz y lengua. Lo más frecuente es que la mayoría de los casos de infeccines virales respiratorias tienen el riesgo de alterar el gusto y el olfato en forma leve y pasajera, y muy pocas veces en forma permanente, como este caso, con dos años de evolución. Es decir, es una secuela (lesión permanente) de la infección viral que ya es historia.
El manejo y estudio de este caso fue bastante adecuado y cumple con los lineamientos esenciales de diagnóstico y tratamiento, no existiendo evidencia de negligencia o malapráctica médica.
Nosotros los médicos, curamos, muy pocas veces, aliviamos con bastante frecuencia pero siempre debemos confortar. Mientras este hombre intenta estimular sus sentidos con olores fuertes, además debe imaginarse el sabor de unos burritos norteños de carne seca, así como ilusionarse el seco y fuerte sabor de un mezcal, recomendable para todo mal y para todo bien, también.
En otras palabras: si tu mal tiene remedio, ¿para qué te preocupas?, toma mezcal. Y si sabes que no hay remedio para tu mal, ¿para qué te preocupas? Toma mezcal.
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