Estrella Roja, San José y La Sultana, quienes dieron lustre a la Liga Amateur de Poza Rica en los años 60.
Por José Luis Rodríguez Badillo – cronista municipal
Dentro de la época dorada del futbol amateur de Poza Rica vivida en la década de los años sesenta, surgieron varios equipos de calidad destacada con jóvenes que, por mucho, sellaron aquel tiempo para el eterno recuerdo. Deportistas que tuvieron como extraordinario escenario el desaparecido campo del hospital de Petróleos Mexicanos, un rectángulo trazado sobre la plataforma del pozo Poza Rica N° 73, en cuya superficie floreció el pasto humedecido con el sudor que gotearon los astros imberbes. Fue un inmenso semillero de hoy legendarios futbolistas juveniles. Basta evocar algunos que son verdaderamente inolvidables.
Uno de ellos fue la juvenil escuadra llamada “Estrella Roja”. La formó el entusiasta entrenador y jugador Heriberto “El Chavo” Ramírez, un excelente tamiahuero que trabajó en la cervecería Moctezuma en Veracruz. Desde allá fue movilizado para Poza Rica. Al llegar, jugó en el barrio de Cincuenta y Dos sobre el Campo Miguel Alemán, donde actualmente está el mercado Manuel Ávila Camacho. Hombre correcto, respetuoso y amable, pero lejos de ser un excelente jugador de gran toque de balón, su apodo fue un aticismo de su complexión. Persona alta que, por encima de todo, su anhelo fue dirigir un equipo de fútbol, sabedor del gran nivel que existía en esta ciudad.
El Chavo trabajaba en la antigua agencia de la Cervecería Moctezuma, que estuvo ubicada a un costado del bulevarAdolfo Ruiz Cortines, cerca del monumento “La Maquinita”. Se desempeñaba como contador en esta plaza y, después de su jornada laboral, se iba caminando hacia el centro de Poza Rica, hábito que tenía para ejercitar el cuerpo después de horas de trabajo sentado. En ese andar, se paraba frente a la malla perimetral de la Escuela María Enriqueta, donde un grupo de jóvenes jugaba cotidianamente una cascarita de futbol. Una tarde, cuando corrían los últimos días de 1959, se animó y entró al campo. Habló con ellos ofreciéndoles formar un equipo, quienes aceptaron emocionados, sin imaginar que frente a ellos tenían a un exalto promotor del fútbol, deporte que él mismo practicaba.
Después del feliz acuerdo, al día siguiente se anotaron 18 adolescentes llenos de ilusión por jugar. Al terminar el primer entrenamiento, los reunió en forma de círculo en torno al singular caballero. Les pidió que se sentaran en el pasto y, con armonía, acordaron ponerle al equipo el nombre de “Estrella Roja”, en alusión a un equipo de Belgrado, Yugoslavia, que por esos días jugaba un pentagonal internacional en Guadalajara. A pocos días, “El Chavo” Ramírez entregó a cada jugador su uniforme con los colores del lejano equipo, acto que elevó por lo más alto la autoestima de los imberbes futbolistas. Jóvenes que en ese momento iniciaron, con aquel equipo llanero, una de las trayectorias más grandes y agraciadas de esta ciudad.
Una de las condiciones que les pidió el carismático Chavo a los jóvenes fue ser responsables en sus estudios, compromiso que aceptaron al unísono. Los jóvenes que iniciaron aquella leyenda fueron: José Ugalde Malerva, los hermanos Jorge y José García Rodríguez, Felipe “Perro” Hernández, Juan Roberto “La Balina” Johansen Flores, Guillermo “La Changuita” Cruz Rodríguez, Miguel “Pelé” Santander Salas, Arnulfo “Chato” Santa Rosa, Ricardo Perales Guerrero y César Carrillo, hoy gran ingeniero jubilado de Pemex. Muchos ya se nos adelantaron en el viaje eterno.
Otro legendario equipo fue el juvenil “San José”, cuyo patrocinador fue el generoso Sr. Rodolfo López Barrientos, a quien se le conoció como Joselito, apodo derivado de su afición por el toreo en el momento culminante del matador de toros José de la Paz Huerta Rivera, “Joselito”. Además, Rodolfo era un gran entusiasta del fútbol. Al llegar de la comunidad de Santiago de La Peña, municipio de Tuxpan, conoció a Javier “El Vago” Perales Cruz, jugador amateur de formidable jerarquía futbolística que previamente había militado en diversos equipos, entre ellos Combustión Interna.
Al llegar a Poza Rica, Joselito trabajó y aprendió el arte de la fotografía. Más tarde instaló su propio negocio, donde se hizo famoso con el estudio “Foto Joselito” en el céntrico Edificio Impala de esta ciudad. Sus ingresos le permitieron patrocinar un equipo de fútbol, encomendándole a Javier “El Vago” Perales invitar a jugadores a formar un equipo. Entusiasmado por el ofrecimiento, pronto llamó a futbolistas que consideró idóneos para la escuadra. Al lograr la lista, la entregó a Don Joselito, que sin cuestionar le pidió que los citara al día siguiente en su estudio fotográfico.
Muy puntuales, los jóvenes llegaron a su cita. Ahí los esperaban Joselito y Ernesto “Labiada” Olivares Mihr, su futuro entrenador, quien saludó entusiasmado a: José Luís el “Pupilo” Ureña, Javier “El Vago” Perales Cruz, Mario “La Píldora” Montes de Oca, Roberto Esquitin Gallardo, Tomás “El Tomate” Fernández Arrigunaga, Víctor Manuel “El Coco” Salgado Arjona, Encarnación Martínez, Francisco Vera, Carlos Aguinaga, Rodolfo “El Rabo” Aparicio Gamboa, Filiberto “El Grande” del Ángel Cruz y Simón Echeverría.
Ahí, Joselito les informó que el equipo se llamaría “San José”, cuadro que escribió por casi una década páginas de oro en el fútbol local. Javier “El Vago” Perales se coronó varias veces Campeón de goleo. El más joven, Víctor Manuel “El Coco” Salgado, se reveló como un futbolista brillante y de formidables cualidades. Víctor Benavides Maldonado, que lamentablemente perdió la vida en su mejor momento en un acto heroico al intentar salvar la vida a dos niñas en la playa de Tuxpan, se consolidó como un colosal deportista. Es plausible además mencionar que, durante su existencia, el equipo fue digno protagonista al lograr algunos títulos en la Primera Fuerza, máxima categoría pozarricense.
El equipo “La Sultana” del distinguido Sr. Guillermo Redondo Muñoz fue otro de los grandes de aquella época. Su nombre se deriva de la sastrería que patrocinó esta alineación inolvidable. Su propietario, Guillermo Redondo, fue originario de la ciudad de Pánuco, Veracruz. Llegó de México con el oficio de gran cortador, tuvo una sastrería en el antiguo Mercado dentro del área de lo que hoy son los talleres de Petróleos Mexicanos. Después de 1947, en el mercado Poza Rica, se convirtió en el favorito de casi todos. El fútbol amateur no hubiera tomado aquella dimensión si no hubiera aparecido Don Guillermo.
El Sr. Guillermo Redondo integró un equipo grande para el fútbol llamado “La Sultana”, nombre que le dio al equipo de sus amores debido a la admiración que tuvo por la tierra regiomontana. Con él, consiguió varios títulos, incluyendo el de campeón de la 1ª fuerza de la Liga pozarricense. Incluso salió de visitante en repetidas ocasiones a jugar partidos amistosos en ciudades de la región, siendo victorioso en la mayoría de las ocasiones. Con el legendario equipo “La Sultana” pasaron muchos jugadores de enorme talla, colmándose de gloria.
Sin menoscabo para ellos, por el orden de mención se recuerda a: Gregorio “El Chato” Vázquez Herbert, Homero López Carballo, Ángel Espinoza Peralta, Rafael Martínez Ramos, Pedro Aguirre Bacerot “El Naco”, Alejandro Sanabia “El Chocolate”, Benito Calleja “El Grande”, Rito Trinidad de Dios, Adán Núñez de Cáceres “El Chetu”, Jesús Díaz Meza “El Plátano”, Antonio Alaffita Morales, Salvador Padilla, José Luis “La Tapa” Azuara, Rito García Rojas, Ángel Escamilla Peralta, Marcelino Santa Cruz, José Molina Gutiérrez y “El Pelos” Guillén Noguera.
Por los años que duró el equipo, fueron varias las generaciones y jugadores que se enfundaron esta playera, todos con enorme placer de portar ese escudo: José Molina Gutiérrez, Cruz Arteaga Casados “Peto”, Benito Calleja Almora, Manuel Ávila Trinidad, Arturo Capitán “Tamiahuera”, Salvador Padilla, Edmundo Guerrero el “Kumaná”, Alfredo Mercado González, Rafael Martínez Ramos “El Chato”, José Luis Garza Vázquez “Chilico”, Roberto Calleja Almora, Rubén Darío Valdez, Juan García Mérida “La Guitarra”, Encarnación “Chon” Méndez, Margarito Juárez, Hugo Torres, Eduardo Ávila Trinidad, Aguado, García Rosas Rito, Óscar Vargas, Nelson Rolando Chávez, Genaro Navarro Hidalgo “Tamiahua”, Crisóforo “Chóforo”, Juan Patricio “La Araña” López, Rafael “Borja” Hernández García, Eduardo Martínez Ramos “La Pingua”, Francisco Servín Wilson “Pancho”, Salinas Juárez, Francisco Corona Ballesteros “El Pachuca”, Miguel “Serrucho” Borges.
Las páginas de nuestra historia no pueden olvidar a estos verdaderos promotores del deporte amateur de Poza Rica, mucho menos soslayar al puñado de jóvenes que, domingo a domingo, con pundonor se jugaron el físico hasta llegar al límite del esfuerzo. Sin importar las inclemencias del tiempo, su dignidad deportiva estuvo siempre por encima de todo, actitud que engrandeció a sus patrocinadores y dejó escrita con letras de oro aquella inolvidable época que, sin duda, es un eslabón fuerte en la cadena de logros deportivos de nuestra querida ciudad, Poza Rica. Claro que hay más. Esperemos.
1.- Heriberto “El Chavo” Ramírez, gran persona y mejor entrenador.
2.- Algunos jugadores del equipo “Estrella Roja” previo a un entrenamiento en el Campo Miguel Alemán de 52, atrás las instalaciones petroleras de aquella época.
3.- El “San José”, un equipo de gran categoría en la Liga de Primera Fuerza Amateur de Poza Rica en la década de los sesenta.
4.- Don Guillermo Redondo Muñoz, destaca a la izquierda de uno de los equipos del potente Sultana.
5.- El emblemático equipo San José.