La democracia no fracasa
Enrique Fernández Ramírez
Después de que se cerraron las casillas de votación, el domingo ya por la noche, un amigo me preguntó mi opinión sobre la consulta. Brevemente le compartí mis apreciaciones. Aprovecho este espacio para ampliar mis consideraciones sobre el tema.
El proceso democrático que se efectuó el domingo, primero de agosto de 2021, con la realización de la consulta ciudadana, es histórico por muchas razones. Este ejercicio ciudadano es el primero que se lleva a cabo en nuestro país con un fundamento legal establecido en el artículo 35 constitucional. Por lo que, la consulta popular celebrada es en sí misma trascendental, independientemente del número de personas que acudieron a las mesas receptoras a cumplir con su derecho cívico de participar en la votación.
Por ser la primera en realizarse, el número de participantes no tiene referentes de comparación. Así que, decir que los 6 millones 663 mil 228 votantes son pocos o son muchos es insustancial, no hay manera de comparar. Lo que se puede afirmar es que se dio un paso adelante en la democracia participativa.
No obstante, hay quienes ven en la consulta popular un fracaso. Festejan con alegría que sólo el 7.11% del padrón electoral haya acudido a votar y que el 92.89 % haya decidido no hacerlo. Hay voceros de la oposición que se vanaglorian de haberle dado la espalda al gobierno del presidente López Obrador. Arguyen que era de tontos participar en este “circo”. Felizmente afirman que se redujo la población que apoya al presidente, de treinta millones a siete millones de ciudadanos.
Quienes hacen estas cuentas alegres cometen un error de apreciación, y asumen un triunfalismo que no tiene sustento en la realidad. Estos analistas aducen que la mayoría de los ciudadanos le dijeron No al gobierno. Olvidan que históricamente nunca acuden a votar el 100% de los ciudadanos.
Además, no es posible afirmar que todos los que no fueron a votar están en desacuerdo con el juicio a los expresidentes. Muchas personas no acudieron a votar por otras razones diferentes. Así que, es demagógico que los voceros de la oposición ubiquen a todos los que se abstuvieron, en el mismo rubro de quienes tienen intereses creados, y aseguren que no votaron por estar en desacuerdo con la cuarta transformación del país .
Ahora bien, sería injusto considerar que el INE como institución haya sido un obstáculo para la realización de la consulta, como sí lo fueron algunos de sus integrantes, principalmente el consejero presidente Lorenzo Córdoba y el consejero Ciro Murayama, quienes intervinieron en contra de la misma, al no dar la suficiente difusión del evento ni la información oportuna sobre la ubicación de las casillas. Además de que redujeron considerablemente el número de ellas, argumentando falta de presupuesto.
Otro factor fue el hecho de que la consulta como protagonista no tuvo antagonista. Nadie alzó la voz en defensa de los expresidentes. No hubo quien argumentara el NO como respuesta a la consulta. Esta falta de tensión en el proceso provocó cierto desinterés en la población, lo cual fue capitalizado por los opositores, quienes leyeron equivocadamente en ese abstencionismo, una inclinación de la balanza hacia sus intereses.
También, hay que reconocer que como ciudadanos estamos acostumbrados a votar cada 3 ó 6 años para elegir a nuestras autoridades. Este ejercicio tradicional es propio de una democracia representativa, que es necesario superar. No tenemos la cultura de vivir una democracia participativa en la que demos nuestra opinión para decidir sobre asuntos de trascendencia nacional.
Por otra parte, los opositores realizaron una campaña de desinformación para desalentar la participación de la ciudadanía en la consulta. Sus principales argumentos fueron: la ley se aplica no se consulta; el alto costo de la consulta; la confusa redacción de la pregunta.
Los analistas políticos, periodistas, comunicadores, escritores, académicos e intelectuales que denostaron la consulta, y abiertamente dijeron que no participarían, pero que se erigen como defensores de la democracia, debieron ser congruentes con esta postura.
Es hasta cierto punto, justificable y comprensible, el abstencionismo de las personas a quienes les faltó información, interés o motivos para participar. Pero de ninguna manera se justifica a quienes, teniendo la información, preparación y cultura, no sólo no participaron, sino que incitaron a los demás a no hacerlo, a través de los distintos medios de información. Estos personajes actuaron descaradamente en contra de la democracia.
Las opciones de la consulta eran claras. Si no estaban de acuerdo, hubiesen votado por el NO, como lo hizo el 1.54% de los participantes. Pero se abstuvieron porque consideraron que la consulta era inútil; que la respuesta a la pregunta era obvia; porque se trataba de un circo en el que no estaban dispuestos a participar; porque era un capricho del presidente y era caer en su juego. Sin embargo, no todos los que se abstuvieron tuvieron estos mismos motivos.
Lo cierto es que 6 millones 663 mil 228 votantes no son poca cosa. Es una muestra representativa suficiente para tener un diagnóstico certero del pulso de la sociedad mexicana. Seis millones 511 mil 835 ciudadanos votaron por el SÍ, y 102 mil 945 votaron por el NO.
Es correcto que el resultado no es vinculante para los poderes Ejecutivo y Legislativo federales y para las autoridades competentes, por no haber alcanzado el 40% de participación (porcentaje muy alto, por cierto, si consideramos que para no perder el registro, a los partidos políticos se les pide sólo el 3% de la votación). Pero los datos obtenidos son válidos y legales por ser resultado de una consulta popular fundamentada constitucionalmente. Y por lo tanto son dignos de tomarse en cuenta.
Otro escenario habría sido, que los partidarios de la oposición hubiesen votado por el NO y que en los resultados de la consulta hubiese prevalecido un mayor porcentaje hacia la respuesta negativa. Pero lo dicho, aún cuando hubieran votado, serían una minoría. El abstencionismo obedeció a otras causa, distintas a las de los opositores.
Como herramienta de participación ciudadana, ejercida por primera vez, la consulta fue un éxito. La democracia no fracasa.

Facebook – @LaOpiniónPozaRica
Youtube – La Opinión Poza Rica
¿Reporte y denuncia?
Si cuentas con imágenes o video que exhiban maltrato, abuso de autoridad, corrupción o cualquier acción inhumana. ¡Por favor, háznoslo saber!
– WhatsApp: (782) 219-94-02 <<< ¡clíck aquí!
– Por e-mail: denuncias@laopinion.net <<< ¡clíck aquí!

