¿De qué hablamos cuando hablamos de descolonización educativa?
Una de las limitaciones que ha tenido la Secretaría de Educación Pública ha sido la socialización o difusión del alcance transformativo que implica poner en marcha el planteamiento educativo de la Nueva Escuela Mexicana.
La mayoría de los maestros desconoce la esencia y el fondo del nuevo modelo educativo. A pesar de que ya tiene nueve meses desde que se publicó la primera versión del Marco Curricular del Plan de Estudios de Educación Básica, a la que siguieron otras hasta que se concretó en el documento que se publicó en el Diario Oficial de la Federación; todos estos textos son de acceso abierto en internet y pueden ser consultados libremente.
Lo que sucede es que hay poco interés por conocer y apropiarse del modelo educativo y los docentes sólo se informan mediante memes e información muy sintetizada y superficial del plan de Estudios. No asumen con seriedad y compromiso la dimensión del cambio que se está planteando en materia educativa. Al contrario, interpretan de manera chabacana las categorías y principios que se manejan en esa transformación del sentido de la educación que se pretende para los mexicanos.
Otra fuente de información del magisterio son los maestros youtubers, algunos muy buenos otros no tanto, quienes hacen esfuerzos por difundir los rasgos esenciales de la Nueva Escuela Mexicana, destacando sus bondades y señalando los puntos con los que no están de acuerdo. Bien por el intento y las buenas intenciones, pero se advierte en sus disertaciones la carencia de profundidad y fundamento en sus conceptualizaciones. Por lo que sus análisis quedan en lo superficial y en los aspectos pragmáticos del modelo educativo.
En lo general, los maestros se quejan de que falta capacitación por parte de la SEP sobre este planteamiento curricular. Están a la espera de que les expliquen en qué consiste la Nueva Escuela Mexicana; que les digan qué deben hacer y cómo hacerlo. Como esponjas, están a la espera de que se les empape de conocimientos y metodologías para implementar el nuevo Plan de Estudios 2022.
Esta forma pensamiento es una de las primeras cuestiones que es necesario descolonizar. Hemos sido formados en un sistema educativo que nos hace pensar que lo que viene de instancias superiores de autoridad es lo que más vale, que lo que nos instruyan es lo más valioso. Viene de arriba, es lo que nos dijeron, son las indicaciones que nos dieron, así lo debemos hacer. Deslegitimizando en los hechos nuestras propias capacidades docentes, experiencia educativa y saberes pedagógicos construidos en la práctica profesional cotidiana en la comunidad territorio.
Mientras el magisterio muestra una indiferencia por conocer el nuevo Plan de Estudios, la derecha educativa y conservadora no se duerme en sus laureles. Se informa y se prepara para denostar y desacreditar los fundamentos y principios del proyecto educativo de la cuarta transformación.
El experto en educación, Manuel Gil Antón, afirma en su artículo titulado La Peor Nostalgia, que “Subyace a la estructura del nuevo modelo curricular un riesgo, y no menor: el supuesto de que los sucedido con la colonización fue la destrucción de un pasado, de tal modo concebido, que resulta inexistente.”
De manera sesgada y equívoca este teórico interpreta que cuando se habla de descolonizar la educación se asume que se pretende volver al pasado antes de la colonia española. Afirma que es lo que la nueva escuela mexicana tiene como base de su proyecto educativo. Dice que “hay que evitar que se entronice la idea de rescatar al ser humano antiguo, bueno por naturaleza y habitante de sociedades idílicas.” Lo anterior es una interpretación érratica y básica de lo que se entiende por descolonización.
Cuando en el nuevo enfoque educativo se habla de descolonizar se trata de una descolonización del pensamiento, mediante la reflexión y el pensamiento crítico. Abordando y analizando los contenidos desde otra perspectiva. Mediante un diálogo de saberes comunitarios y científicos dirigidos a la resolución de problemas reales que proporcionen bienestar y el logro del bien común.
Es despojarnos del pensamiento impuesto por un sistema mundo moderno, que prioriza la ganancia a costa de la destrucción de la naturaleza y de la vida humana. La propuesta educativa de la Nueva Escuela Mexicana tiene una dimensión ética. Porque para hacer ciencia, para pensar, para meditar, para amar o trabajar y ser felices, primero hay que estar vivo. Y para que uno esté vivo, no solo tiene que haber comunidad y humanidad, sino naturaleza y cosmos.