Obras antifuncionales, pero costaron millones

POZA RICA EN MEDIO DE LA VIOLENCIA

A veces ya ni llorar es bueno. Y en Poza Rica esa frase se ha vuelto una constante cuando hablamos de obras públicas. En los últimos siete años no ha habido un solo proyecto que realmente transforme la ciudad, que impulse su desarrollo urbano o que sirva de base para detonar el crecimiento económico que tanto necesita esta región.

Lo más triste es que lo poco que se hizo hoy está hecho pedazos. Ejemplo claro de lo anterior es la famosa ciclovía, esa obra en la que se invirtieron 16 millones de pesos del erario público, sin planificación real, sin una visión a largo plazo y, lo más preocupante, sin responsabilidad.

Una obra que nunca fue inaugurada formalmente, que no tuvo el más mínimo esquema de seguridad o conservación, y que hoy, lejos de servir a los ciudadanos, se ha convertido en una guarida de delincuentes y viciosos.

Sí, así de claro. La infraestructura está saqueada, deteriorada y abandonada, sin que autoridad alguna haya salido a explicar qué fue lo que ocurrió. Nadie da respuestas, nadie da la cara. Porque, como suele pasar en muchos municipios, cuando las cosas no funcionan, la memoria política también se borra.

La realidad es que fue una obra mal planeada, mal ubicada y totalmente inservible para el grueso de la ciudadanía y pues finalmente no se sabe a quién benefició la misma. Hoy solo quedan restos y un enorme signo de interrogación sobre cómo se permitieron estos errores.

Lo lamentable no es solo el desperdicio de recursos, sino el desprecio hacia las verdaderas necesidades de la población. Esos 16 millones pudieron haberse destinado a calles, alumbrado, drenaje, infraestructura educativa o de salud.

Pero se fueron por el caño hablando literalmente. Ojalá, quien llegue en la próxima administración tenga el valor de investigar este y otros casos similares. Porque si seguimos dejando que el olvido cubra las malas decisiones, Poza Rica no avanzará nunca.