Filomeno Mata, Ver.- Un joven estuvo a punto de morir luego de caer a un barranco de más de 100 metros de profundidad cuando manejaba un automóvil y vive para contarlo; se quedó dormido al volante.
Fue la mañana de este lunes que se alertaron a las autoridades policiales y de vialidad que un Nissan, tipo Tsuru, de color blanco, de modelo atrasado, se cayó a un barranco muy profundo cuando transitaba por la carretera Coyutla-Filomeno, a la altura de la comunidad de Cerro Grande.
Vecinos de la localidad y otros automovilistas al percatarse del accidente descendieron entre el monte para auxiliar al joven Domingo Marcos Pérez, de 21 años y con domicilio en la comunidad de Puxtla, Mecatlán, quien conducía la unidad propiedad de José Juárez Tirso.
Se supo que el joven acudía a la cabecera municipal de Mecatlán, pues el día de antier falleció su madre e iba a tramitar el acta de defunción, pero tras el desvelo le ganó el sueño mientras conducía y acabó en el fondo del precipicio.
Por fortuna el muchacho solo salió con golpes contusos, pero la unidad quedó como pérdida total. Elementos de Tránsito del Estado lo ayudaron a salir y a sacar su vehículo.

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