Al igual que como ocurre con el alcohol, el tabaco, los juegos de azar o las compras compulsivas, el ser humano se ha vuelto dependiente del uso del plástico, afirmó Rubén Edel Navarro, investigador de la Universidad Veracruzana (UV).

En el marco de su participación en el simposio internacional “Biodiversidad, plástico y alternativas para su eliminación”, el especialista señaló que la dependencia es asociada a la comodidad que brinda su uso.

«Generalmente lo asociamos con el consumo de alimentos o de bebidas, pero también está en los juguetes, recipientes de las cocinas, en todos lados».

Aunque existen formas para disminuir el uso como reutilizar o reciclar, el comportamiento «tiene que ver con el hábito y con formas de apropiarnos que no necesariamente se asocien con el plástico».

El tema llega hasta las políticas públicas o educativas, ya que es ahí en donde se pueden plasmar programas de estudio que hagan conciencia sobre el impacto que tiene en el medio ambiente el uso desmedido del plástico.

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