Taquicardia
Por: Fabián Martínez
Frans Aparicio Reyes, alcalde de Gutiérrez Zamora, no debe confundirse creyendo que el triunfo que tuvo en la pasada elección, fue porque su pueblo lo quería, más bien, se debió a la oscura administración de su antecesor Wilman Monje, señalado como uno de los caciques que sembró el terror en esa región.
El otro factor que influyó fue el hecho de abanderarse por las siglas de Morena y la Coalición Juntos Haremos Historia, pero esto no es motivo para que el diputado federal Jaime Huberto Pérez Bernabé, afirme que el triunfo se lo debe a él.
Pero lo que es una realidad, es que en dos meses Frans Aparicio ya demostró que es un sujeto endeble y manipulable, sin carácter para gobernar un pueblo, ese pueblo que de una u otra forma, le dio su voto y confianza para que la historia cambiara en su municipio.
El asunto es que los integrantes del actual cabildo señalan que no es Aparicio Reyes quien está gobernando, sino más bien el diputado federal Jaime Humberto Pérez Bernabé, quien es un viejo lobo de mar, pues quien no recuerda que siendo alcalde por el PRD, saqueó Gutiérrez Zamora, y eso al pueblo tampoco se le olvida.
Pérez Bernabé, ahora obligó a Frans Aparicio que en pagó por haberlo convertido en presidente municipal, sea que toda la obra pública y empresas proveedoras de servicios, sean aquellas de los amigos, familiares y compadres del legislador federal.
Lo que provocó que en una sesión de cabildo los regidores se manifestaran en contra de su presidente, a quien le recriminaron el hecho de haberle entregado toda la obras, al Jaime Humberto, que después aprovechó la síndico Mónica Riaño Altrogge, para sacarle raja y pedir un incremento de salario del 50 por ciento para todos los ediles.
Lo que es evidente en Gutiérrez Zamora, es que se terminó el cacicazgo de Wilman Monje, pero ahora inicia otro peor, es cacicazgo de Jaime Humberto Pérez Bernabé, quien se siente amo y señor de toda la zona de la costa, incluyendo Tecolutla.
Mientras que el alcalde Frans Aparicio Reyes, solo será el adorno en la presidencia municipal, porque los mismos regidores manifestaron que son otros quienes mueven los hilos del poder en ese municipio y, quienes se encargarán de beneficiarse con la obra pública y la proveeduría.
El pueblo, ya no es un pueblo ignorante. Saben que las cosas no andan bien en las administración de Frans Aparicio, pero lo más lamentable es que apenas iniciaron el tercer mes de gobierno, y todo se encuentra de cabeza y en un estado de desestabilización total.
Las cosas no pueden ser de otra manera, pues no hay que olvidar que cuando la cabeza está mal, por lógica el resto del cuerpo no puede funcionar. Lamentablemente para los ciudadanos zamorenses, las cosas no van a cambiar mucho en su municipio y les esperan tres largos años y nueve meses, para que se den cuenta que se volvieron a equivocar al darle su voto a Frans Aparicio Reyes, sujeto que ya se dieron cuenta carece de falta de capacidad para gobernarlos.
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