La herencia del exalcalde operaba fuera del marco legal, sin Reglamento ni aprobación del Cabildo, señala Colegio de Abogados
Tuxpan, Ver.- La Policía Vial, herencia de José Manuel Pozo Castro al alcalde Jesús Fomperosa Torres, ha quedado oficialmente disuelta, tras una serie de quejas ciudadanas por abusos, pero sobre todo, por carecer de marco legal, pues operaba sin reglamento.
En la presentación de esta corporación, el 14 de febrero de 2024, Pozo Castro aseveró que Tuxpan sería el primer municipio de Veracruz en contar con una Policía Vial certificada y calificada.
“Ahora está en ustedes ser parte de esta nueva generación de policías viales de proximidad, considerada en el Nuevo Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica”, expresó ante los uniformados.
Sin embargo, y cuando recién había sido presentada, el regidor primero Amado Gutiérrez Lima, comisionado en Seguridad, había admitido la falta de marco legal, pues no había Reglamento. “Lo estamos tratando de implementar apenas, pero ya sabes, es como todo, con prueba y error”, justificó desde entonces.
Como resultado, la herencia de José Manuel Pozo Castro, ahora Subsecretario de Gobierno del Estado, la Policía Vial quedó oficialmente disuelta por acuerdo de Cabildo, precisamente.
En febrero de 2024 entró en operación lo que era esta nueva corporación, compuesta por una veintena de elementos, varios de los cuales fueron reintegrados a las filas de Tránsito y Vialidad municipal y a la Policía Municipal, a las cuales pertenecían, aunque queda en curso la posibilidad de baja por presuntos abusos.
“Siempre estuvo fuera del marco legal. Este cuerpo policiaco se implementó en un principio con veinte elementos que fueron tomados de Tránsito y de la Policía Municipal y en aquella ocasión los presentaron como los que venían a rescatar a Tuxpan de la inseguridad”, señaló el presidente del Colegio Único de Abogados de Tuxpan, Juan Kilimaco Hernández Bustos.
Lamentó que, desde su creación, “estos elementos de Tránsito armados acumularon innumerables quejas de la ciudadanía por la serie de abusos y atropellos de los que fueron objeto”.
Lo peor del caso es que nunca tuvieron un reglamento ni su creación fue aprobada por Cabildo, por lo que su desaparición fue en realidad un reconocimiento de que todo este tiempo estuvieron trabajando de manera irregular, sin un marco legal, recalcó.
Más aún, advirtió que esta agrupación dio lugar a la comisión de varios delitos, “porque se multó y se detuvo a la gente sin estar legalmente autorizados para ello. En otros tiempos, alguien habría tenido que responder por semejante fracaso, porque hubo recurso que se destinó para dicha implementación que llegó a su fin”, expuso.