COATZINTLA, VER. / Desde tempranas horas del Sábado de Gloria, Coatzintla se llenó de fervor y tradición con la celebración de la 155ª edición de la Carrera de Judíos.
Los participantes se prepararon meticulosamente, destacando la confección de los 22 rollos de chichicaxtle, una hierba picosa que simboliza el castigo y la penitencia en esta representación.
Estos elementos fueron esenciales para recrear la figura de Judas, quien, según la tradición, corre por las calles en un acto de arrepentimiento y expiación.
Alrededor del mediodía, cientos de personas se congregaron en el parque Manlio Fabio Altamirano para presenciar esta emblemática tradición que data de 1870.
La comparsa, compuesta por más de 150 judíos ataviados con coloridas túnicas y machetes en mano, recorrió las principales calles del municipio, azotando el suelo y a los espectadores con los planazos, en una muestra de fe y devoción que ha perdurado por generaciones.
Las autoridades locales también participaron en el evento, siendo “barridas” simbólicamente con las ramas de chichicaxtle, en un acto que representa la purificación y el perdón.
Esta ceremonia no solo refuerza la identidad cultural de Coatzintla, sino que también promueve la unión y el respeto entre sus habitantes.
La Carrera de Judíos es más que una representación; es una manifestación viva de la historia y las creencias del pueblo coatzinteco. Cada año, esta tradición atrae a visitantes de diversas regiones, quienes se suman a la celebración y contribuyen a mantener viva esta costumbre centenaria.
Con más de siglo y medio de historia, la Carrera de Judíos continúa siendo un pilar fundamental en las festividades de Semana Santa en Coatzintla, reflejando la riqueza cultural y espiritual de su gente.