Semana Santa 2025

"Madres en Doble Servicio: Heroísmo Sin Límites"

La Semana Santa en México se ha convertido en un reflejo de nuestras contradicciones como sociedad.
Mientras millones buscan descanso y espiritualidad, las estadísticas revelan un drama recurrente: carreteras que se transforman en trampas mortales, playas que se convierten en escenarios de tragedia y hogares vulnerables por descuidos prevenibles. En 2025, las proyecciones oficiales anticipan un incremento del 15 al 20 % en accidentes viales y emergencias diversas respecto al año anterior; cifras que deberían avergonzarnos como nación.

El precio de la imprudencia

Los reportes preliminares son alarmantes:

  • 72 % de los accidentes automovilísticos se deben al exceso de velocidad.

  • 65 % de los ahogamientos en playas están relacionados con la ingesta de alcohol.

  • 40 % de los incendios forestales son provocados por fogatas mal apagadas.

  • 80 % de estos casos, según la Cruz Roja Mexicana, eran completamente evitables.

Las carreteras México-Querétaro, Guadalajara-Puerto Vallarta y el libramiento de Puebla repiten como los tramos más peligrosos, donde la combinación de fatiga, alcohol y exceso de confianza sigue cobrando vidas.

La cultura del “a mí no me pasa”

Los especialistas identifican tres fallas estructurales:

  1. Familiar: El 60 % de los viajeros no revisa su vehículo antes de salir.

  2. Social: Se ha normalizado el consumo de alcohol al conducir.

  3. Institucional: Las campañas preventivas usan un lenguaje técnico que no conecta con la ciudadanía.

Historias que duelen

Detrás de las estadísticas hay rostros: la familia tamaulipeca que perdió a tres miembros por no usar cinturones. Los cinco jóvenes veracruzanos que murieron al volcar en una curva peligrosa (con 1.8 g/l de alcohol en sangre).

Necesitamos soluciones que incluyan:

  • Educación temprana: Incorporar Protección Civil en los planes de estudio.

  • Multas ejemplares: Sanciones que realmente duelan.

  • Campañas inteligentes: Mensajes crudos pero efectivos, como los australianos.

  • Corresponsabilidad: Que hoteles, transportistas y prestadores de servicios exijan normas claras.

La Semana Santa debería ser sinónimo de renovación, no de luto.
Mientras seguimos esperando que el Estado “nos cuide”, olvidamos que la seguridad comienza con cada decisión personal. Los grupos de emergencia merecen nuestro respeto, pero más aún, nuestro compromiso, para no obligarlos a arriesgar sus vidas por nuestra irresponsabilidad.

Como sociedad, estamos fallando. Las cifras de 2025 lo demuestran. La pregunta es: ¿a cuántas tragedias más necesitamos para cambiar?

“En México prevenimos con sustos, no con educación.”
Nos leemos el próximo lunes.
@llamadadeemergencia

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