Docente, columnista, historiador, deportista, primer Cronista de Álamo y un tipazo; así lo recuerdan.
Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver.- El 15 de octubre de 2009 falleció el profesor Rodolfo Robledo Reyna, ampliamente conocido como “El Tigre”, quien fue el primer cronista oficial de Álamo a partir de 1998.
Aunque nació en Tuxpan el 3 de septiembre de 1919, “El Tigre” se consideraba alamense y dedicó parte de su vida a documentar hechos relevantes del municipio, lo que condensó en su libro “Historia de Álamo”.
Su legado se complementa con fotografías históricas rescatadas en un intenso trabajo de recopilación, además de otras de su autoría, que fueron exhibidas posteriormente en la Casa de Cultura.
Fue maestro de Educación Física y Dibujo para muchas generaciones en la Secundaria General “18 de Marzo” y en la Secundaria para Trabajadores Nocturna “18 de Marzo”, ambas en esta ciudad, así como en la Secundaria General “Moisés Sáenz” del ejido Estero del Ídolo.
“El Tigre” fue un tipazo, y su sentido del humor lo plasmó en sus leídas columnas “Álamo en serio y en broma”, donde abordaba diversos temas, desde políticos y deportivos hasta sociales y culturales, además de narrativas con revelaciones de su amiga la “Bruja Tamina”, a quien muchos consideraban imaginaria, pero que, según el mismo cronista, realmente existió.
En sus columnas, publicadas en los periódicos La Opinión de Poza Rica y Notivisión de Álamo, incluía “La foto del recuerdo”, lo que era muy apreciado por sus lectores.
Deportista destacado en básquetbol, tenis y, al final, softbol, también escribió el libro “Los deportes en Álamo. 50 años”.
Hijo de Esteban Robledo Zapata, de Tuxpan, y de Esperanza Reyna Galicia, originaria de Ixhuatlán de Madero, en 1950 se casó con Nereida Guilmore Salas. En 1955 participó en la fundación del Club de Leones de Álamo y fue un reconocido farmacéutico.
Rodolfo “El Tigre” Robledo Reyna, quien dejó un gran legado, partió a los 90 años de edad a causa de un infarto y otros problemas de salud que deterioraron su condición física, pero que nunca mermaron su lucidez, jocosidad y ánimo.