Por Hipólito Moreno Tapia
Tihuatlán, Ver.- Este domingo se cumplen 28 años del histórico triunfo del orgullo de Tecomate, Tihuatlán, German Silva en la maratón de Nueva York, un 6 de noviembre de 1994, cuando tenía 26 años.
Actualmente de 54 años, Silva nació el 9 de enero 1968 en Zacatlán, Puebla, pero desde muy pequeño llegó a vivir con su familia a Tecomate, por lo que él mismo se considera tihuateco.
Tras ganar la maratón gestionó la introducción de la energía eléctrica a su comunidad, recordó el alcalde Leobardo Gómez González. “Llevó varios beneficios a Tecomate”, remembró.
El papá de Germán llevaba tiempo reuniendo dinero entre los habitantes del poblado, ubicado a un costado de la carretera federal Álamo-Tihuatlán, precisamente con el objetivo de la electrificación.
Luego de su triunfo en Nueva York, Germán Silva recibió la llamada del entonces gobernador de Veracruz, Patricio Chirinos, a quien le pidió la energía eléctrica y, en menos de 2 meses, se introdujo el servicio, por lo que ahora el pueblo se llama Tecomate de Germán Silva.
Juan Hernández Vite, director de la Comisión Municipal del Deporte, quien formó parte del Club Atlético en el que estaba Germán en sus inicios, destacó que es un ícono y un gran orgullo para los tihuatecos.
“Es un claro ejemplo para todos los deportistas que quieren llegar a ser un gran jugador o un atleta de alto rendimiento, y también poner en alto el nombre de Tihuatlán”, expresó.
Añadió que la calle de acceso a la Unidad Deportiva lleva su nombre y se busca traerlo a Tihuatlán para un homenaje, además de emprender un proyecto deportivo en conjunto con el municipio.
Además de muchas otras competencias internacionales, Germán Silva ganó en dos ocasiones la maratón de Nueva York (1994 y 1995), que cubre 42 kilómetros y cada año reúne a más de 50 mil competidores de todo el mundo.
El 6 de noviembre de 1994 y cuando quedaban escasos 2 kilómetros para llegar a la meta, Silva se equivocó y se salió de la ruta, pero al darse cuenta del error rectificó y dio una demostración extraordinaria de fuerza, coraje y estoicismo, dando alcance a su compatriota, Benjamín Paredes, para rebasarlo en la recta final y dejarlo en segundo lugar.
El error ha marcado positivamente al atleta, pues además de ser una epopeya en la historia del maratón de Nueva York le dio mayor fama mundial al orgullo de Tecomate.