Álamo, Ver.- Además del problema que representa la falta de lluvias por la sequía prolongada, la agricultura en las zonas donde habitan comunidades originarias del municipio enfrenta también el desplazamiento de espacios ocupados por la citricultura, reveló Rolado de la Cruz, representante de pueblos indígenas.
“Debido a que la citricultura ha invadido la zona indígena del municipio, hay escasez de otros cultivos, lo cual remató el huracán el año pasado, por lo que los habitantes la están pasando muy difícil”, sostuvo.
Esto significa que la masiva producción de cítricos en aquellos entornos ha desplazado la siembra de maíz, frijol, chile, tomate y otros cultivos, que tampoco se están dando debido al estiaje, admitió.
Por si fuera poco, lamentó, la sequía sigue afectando porque los naranjos no se han recuperado al cien pese a la lluvia que trajo el huracán del año pasado, e igual los pozos no se han recuperado en su totalidad.
En este contexto, y por tradición ancestral, es como recientemente se realizó en la localidad indígena Lomas de Vinazco el ritual Chikomexóchitl (Siete flores), cuyo propósito es agradecer a la Madre Tierra todo lo que aporta a la humanidad y para pedirle que este año haya más lluvias para tener mejores cosechas.