Tuxpan, Ver.- Sin restricción alguna, con la venía del alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha, las playas tuxpeñas están convertidas en gigantescas cantinas al aire libre, con todos los riesgos que conlleva: desde los pleitos de borrachos hasta ahogamientos y, lo que es peor, la posibilidad de mayor contagios de Covid-19.
«No hay manera de evitarlo, además de la venta de bebidas alcohólicas en restaurantes y palapas, los propios visitantes ingresan a la zona de playas con sus propias bebidas…», admitió una fuente del Ayuntamiento.
Reveló que esas circunstancias ya propiciaron incidentes el pasado fin de semana, principalmente con personas en estado de ebriedad que causaron bochornosos escándalos.
Reconoció que, de no controlarse la venta de alcohol, durante jueves y viernes santos la situación podría empeorar, toda vez que la afluencia de visitantes a la zona de playas se duplicará sin duda alguna.
Y es que tan sólo durante el arranque de la Semana Mayor, el domingo, cientos de visitantes no sólo disfrutaron de las frescas del Golfo de México, sino también de alimentos y bebidas que bien compraban en los establecimientos del lugar o que ellos mismos llevaban.
Cabe mencionar que en sitios turísticos como las playas de Miramar en Tampico-Madero, Tamaulipas, las autoridades anunciaron con anticipación que no habría permisos para la venta ni para el ingreso de bebidas alcohólicas, precisamente con motivo de la pandemia.
Sin embargo, en Tuxpan, la desmedida ambición del Gobierno del Cambio por captar mayores ingresos ha dado manga ancha a los vendedores de bebidas alcohólicas, a pesar de que con ello existe mayor riesgo para propagar los contagios del virus.
En contraste, a los dueños de bares y restaurantes de la ciudad los está presionando para que cierren sus negocios durante la Semana Santa, como lo denunció de manera pública, el dirigente del gremio.