Joaquín y Ovidio Guzmán López dialogan con el Departamento de Justicia para alcanzar un acuerdo de culpabilidad.

En un giro significativo en la lucha contra el narcotráfico, Joaquín y Ovidio Guzmán López, hijos del infame narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, están en conversaciones avanzadas con el gobierno de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo que les permita evitar un juicio. Según fuentes de la agencia Homeland Security Investigations (HSI), ambas partes están explorando la posibilidad de un acuerdo de declaración de culpabilidad y cooperación, lo que podría resultar en sentencias reducidas para los hermanos.

Mientras tanto, la situación judicial de Ismael “El Mayo” Zambada, otro líder del Cártel de Sinaloa, es notablemente diferente. Zambada enfrenta potencialmente una sentencia de pena de muerte, mientras que los Guzmán López parecen estar buscando una salida más benigna de sus problemas legales.

Este acuerdo no solo involucra a los hermanos Guzmán López, sino también a Néstor Isidro Pérez Salas, conocido como “El Nini”, ex jefe de seguridad de «Los Chapitos». Pérez Salas fue extraditado a Estados Unidos el 25 de mayo y su negociación incluye la reubicación de su esposa, una ciudadana americana, al territorio estadounidense.

Recientemente, el Buró Federal de Prisiones de EE. UU. registró que Ovidio Guzmán López fue reingresado a una prisión en Chicago, mientras que Joaquín Guzmán López salió del sistema penitenciario. Estos movimientos son indicativos de la negociación en curso entre los hermanos y las autoridades estadounidenses.

La relevancia de estas negociaciones no puede subestimarse. HSI ha estado al frente de los esfuerzos por desmantelar el Cártel de Sinaloa, trabajando en estrecha colaboración con autoridades mexicanas, incluido el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch. Esta dinámica coloca a los actuales líderes de «Los Chapitos», Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, en el punto de mira de HSI.

Joaquín y Ovidio enfrentan cargos de tráfico de drogas y crimen organizado en tribunales federales de Illinois y Washington D.C. Además, Ovidio está vinculado a un caso que se sigue en la Corte del Distrito Este de Nueva York contra su padre y Zambada. Por su parte, Pérez Salas enfrenta acusaciones similares en cortes federales.

La entrega de Joaquín Guzmán López a las autoridades estadounidenses el 25 de julio, junto con la llegada de Zambada a un aeropuerto cerca de El Paso, Texas, se produjo en medio de alegaciones de secuestro por parte de «Los Chapitos». Este escenario resalta la complejidad y el drama que rodean a las figuras más prominentes del Cártel de Sinaloa y su relación con las autoridades estadounidenses.

El futuro de los hermanos Guzmán López y de «El Nini» pende de un hilo en estas negociaciones, que podrían reconfigurar la estructura del cártel y alterar el panorama del narcotráfico en la región. A medida que avanzan las conversaciones, el enfoque de las autoridades estadounidenses se vuelve cada vez más claro: desmantelar las operaciones de «Los Chapitos» y llevar a sus líderes ante la justicia.

Esta situación plantea preguntas cruciales sobre la eficacia de las negociaciones en el combate al crimen organizado y los efectos colaterales que podrían surgir en el contexto de la lucha contra el narcotráfico en México y Estados Unidos. La atención ahora se centra en la evolución de estas negociaciones y en el impacto que tendrán en el futuro de los Guzmán López y en el Cártel de Sinaloa.

**Intención de búsqueda:** La noticia sobre la negociación de los hermanos Guzmán López con el gobierno de EE. UU. es relevante para quienes siguen de cerca el crimen organizado y la dinámica del narcotráfico, así como para aquellos interesados en el desenlace legal de figuras prominentes como Joaquín «El Chapo» Guzmán.

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