La ciudad, al borde de nuevas catástrofes

La ciudad, al borde de nuevas catástrofes

A 26 años de la gran inundación, registrada en octubre de 1999, Álamo sigue en situación altamente vulnerable, sin Atlas de Riesgo actualizado.

Hipólito Moreno Tapia

Álamo, Ver.- Justo cuando se cumplen 26 años del desastre más severo que ha vivido toda esta región, el municipio de Álamo Temapache continúa enfrentando cada temporada de lluvias sin un Atlas de Riesgo actualizado, lo que incrementa la exposición de miles de personas a eventos naturales potencialmente devastadores.

La ciudad, al borde de nuevas catástrofes

La madrugada del 6 de octubre de 1999 quedó grabada en la memoria colectiva como el día en que todos los arroyos y el río Pantepec se desbordaron y cubrieron prácticamente toda la ciudad.

La tragedia comenzó con lluvias intensas desde la noche del 4 de octubre y alcanzó su punto más crítico dos días después, con miles de personas damnificadas.

“El agua lo cubrió todo, como nunca antes. La inundación del 6 de octubre fue, sin duda, la más catastrófica que hemos tenido en este municipio, incluso más que la de 1955”, recuerda el cronista José Gabriel Gómez Corrales.

Sin embargo, a pesar de la experiencia vivida, el municipio, gobernado actualmente por la alcaldesa Blanca Lilia Arrieta Pardo, no cuenta con una herramienta actualizada para identificar zonas de riesgo. El último Atlas de Riesgo fue elaborado en 2011, hace ya 14 años, y desde entonces no ha sido revisado ni renovado.

La ciudad, al borde de nuevas catástrofes

Este rezago coloca a Álamo entre los municipios más atrasados del estado de Veracruz en materia de Protección Civil. De los 212 municipios veracruzanos, apenas 41 cuentan con un atlas vigente, según datos oficiales. Esta herramienta es esencial para planear obras, gestionar el crecimiento urbano y prevenir daños en caso de fenómenos como lluvias intensas, deslaves o incendios.

Autoridades estatales han reconocido que la elaboración de estos documentos implica costos técnicos significativos, pero su ausencia deja a la población en una situación de alta vulnerabilidad, especialmente en zonas ya identificadas anteriormente como peligrosas.

En localidades como Pueblo Nuevo, vecinos han reportado anegamientos donde antes no ocurrían, lo que exfuncionarios atribuyen a la obstrucción de cauces naturales y a la autorización de obras en áreas clasificadas como de riesgo en versiones anteriores del atlas.

La ciudad, al borde de nuevas catástrofes

A ello se suma la falta de información actualizada sobre otras amenazas, como las líneas subterráneas de Petróleos Mexicanos que atraviesan zonas pobladas del municipio. Sin un diagnóstico confiable del territorio, la gestión de emergencias y la toma de decisiones estratégicas se ven seriamente limitadas.

Además, la Ley General de Protección Civil establece que los municipios deben contar con un Atlas de Riesgo para acceder a recursos estatales y federales dirigidos a la prevención de desastres. Sin él, no solo se incrementa el riesgo para la población, sino que también se pierde la oportunidad de obtener apoyos clave para infraestructura y acciones de mitigación.

Mientras los eventos climáticos extremos se vuelven cada vez más frecuentes e intensos, Álamo Temapache sigue sin las herramientas necesarias en materia de Protección Civil para prevenir nuevas tragedias. A 26 años de la peor inundación de su historia, el llamado de la naturaleza parece no haber sido escuchado por las autoridades, que dan prioridad a otros rubros de menor relevancia para la población.