El pasado martes, el diario The New York Timespublicó un reportaje sobre una presunta secta que, ocultamente, maltrata a mujeres; su líder Keith Raniere y sus postulados motivaron a Carlos Emiliano Salinas Occelli a encabezar su propia organización en México.
La organización de Raniere, según el rotativo, utiliza a mujeres y ha llegado a marcarlas con hierros calientes -lo que ellas aceptan hacer voluntariamente- pero se vende a sí misma como un programa de “entrenamiento” para empoderar a sus miembros.
La investigación firmada por Barry Meier detalla cómo opera en Albany, un condado de Nueva York, Nxivm (“nexium”), una secta secreta creada supuestamente para empoderar a las mujeres, pero que en realidad las sometía y explotaba sexualmente.
Para ser admitidas las mujeres eran obligadas a entregar a los reclutadores fotografías desnudas como “garantía” para mantener en secreto al grupo. Y si revelaban su existencia, las imágenes serían difundidas públicamente. A las reclutadas también las obligaban a hacerse una especie de marca o tatuaje cauterizado debajo de la cadera.
Estas revelaciones destaparon los nexos entre la organización y Carlos Emiliano Salinas Occeli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Lo anterior, debido a que es parte de la Junta Ejecutiva del Programa de Éxito Ejecutivo (ESP, por sus siglas en inglés), uno de los programas de la compañía Nxivm, que ofrece cursos de empoderamiento y crecimiento personal.
El otro nexo es que Salinas Occeli es parte del Excecutive Succes Program (ESP), parte de NXIVM. Esa página de internet aún sigue en línea y hay un apartado dedicado al hijo del ex presidente.
No obstante, las mujeres entrevistadas por dicho diario dijeron desconocer cuántas mujeres fueron marcadas o cuáles funcionarios de Nxivm conocían este tipo de prácticas.
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