Poza Rica, Ver.- En 2018, tras el asesinato de embarazadas para sacarles a su bebé del vientre, las autoridades estatales alertaron a las mujeres no caminar solas a altas horas de la noche, no proporcionar información de su embarazo a desconocidos ni subir a vehículos extraños.
En esas fechas más mujeres habían sido asesinadas para quitarles a sus hijos de las entrañas: Jessica Gabriela, Alba Lizbeth y Jenny Judith.
En Veracruz, Jenny, de 22 años de edad, ya tenía zapatitos, juguetes, toallitas y pañales para recibir a su bebé; fue asesinada luego de ser contactada por redes sociales.
Sin embargo, no solo han sido bebés que estaban en gestación, sino de pequeños que tenían días o meses de haber nacido.
Según la Fundación Nacional de Investigación de Niños Robados y Desaparecidos I.A.P., estos casos se han tenido desde hace varios años, pero antes no se le daba la cobertura que hoy se le da.
Especialistas consultados coinciden en que las mujeres más vulnerables son las que se encuentran en pobreza, las que viven en zonas rurales o controladas por el crimen.
En México, además, el asesinato no se limita a embarazadas, a las que se desprende de bebés en gestación, sino también aquellas que con días de haber parido fueron privadas de la vida para arrebatarles a sus hijos.
El patrón es que escogen gente de escasos recursos, parte del modus operandi que no ha variado con los años, puesto que a las mamás les ofrecen ropa o juguetes para los bebés, y ese es el gancho para llevarse a estas señoras embarazadas.
Nadia Catalina, Nathaly y Luvineydi Yasmín estaban embarazadas cuando les abrieron el vientre y las mataron en Nayarit y Tamaulipas. Clara, Jazmín y Daniela fueron asesinadas por sus propias “amigas” en la Ciudad de México, Tijuana y Chihuahua. Isamar Chávez de la Rosa fue victimada por una prima lejana en Tamaulipas, y a Diana Jazmín la descuartizaron en Querétaro.
Todas estas mujeres fueron asesinadas en diferente tiempo y estados del país, y con el mismo fin: robar a sus bebés.
Ante estas terribles historias, es inverosímil que Leydi, una joven que fingió su embarazo, también haya hecho creer que fue víctima de un presunto rapto cometido en su contra por un supuesto taxista, quien la habría privado de la libertad y sacado a su hijo de sus entrañas.
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