Luis Navarro Arteaga
El asesinato del periodista Alberto J. Altamirano provocó la renuncia del ayuntamiento de Poza Rica, en 1960, y dio paso al segundo consejo que ha administrado esta ciudad. La Opinión dio puntual cobertura a este lamentable suceso. El viernes 29 de julio de 1960 publicó la noticia cuyo título fue “Periodista asesinado”. La nota detallaba que la víctima había sido redactor y administrador del periódico local El diario, que salía de su trabajo cuando le dispararon “A escasos 30 metros de la redacción de su periódico sobre la calle Guadalupe Victoria (de la colonia 27 de septiembre)”.
En la noticia se percibía la tristeza que el hecho provocó entre el gremio periodístico ya que Altamirano fue un “Periodista viril que en las últimas fechas se había distinguido por las verdades que había escrito sobre la venalidad con que están actuando las autoridades de Poza Rica”. Sobre esto desde el principio se especuló que “El asesinato… haya sido cometido por personas adictas a las actuales autoridades municipales quienes se pueden encontrar molestas por las verdades expresadas por la pluma viril del hoy desgraciadamente desaparecido”.
En esa misma edición se publican las declaraciones de la principal testigo, Magdalena Garay, con domicilio en la calle Guadalupe Victoria, con quien la víctima mantenía una relación sentimental. La mujer dijo esa noche Altamirano la fue a visitar, pero antes de que abriera la puerta escuchó disparos y cuando lo hizo vio herido de muerte al periodista. La mujer dijo que “alcanzó a divisar a un hombre chaparro, robusto, y vestido de kaki, sin sombrero portando una pistola”.
El 1 de agosto de 1960 La Opinión publicó la reconstrucción de los hechos y para el 3 de agosto se publicó que el propio presidente municipal de Poza Rica, Manuel Salas Castelán, declaró ante el Ministerio Público “Con motivo de las citas que de su persona se han hecho durante las diligencias…” y es que Diversos testigos dijeron que el periodista había externado su temor de “Llegar a ser muerto, por los ataques que en sus escritos había dirigido a Salas”. El alcalde dijo que no le guardaba rencor al finado aunque si le llegó a molestar “Por ser constantes los que le dirige la prensa en general”.
Sin embargo, ese día se publica la detención de los presuntos responsables del crimen. La noticia principal fue cabeceada de la siguiente manera “Leonides, Abraham Barra y J. Tello González, detenido por la policía”. En la nota se explica que Juan Tello González, presidente del PRI local y los hermanos Barra estaban involucrados por diferentes motivos.
Tello era cuñado de la pareja sentimental de Altamirano y este intervino para que a la familia del líder priista “Les fuera recogido el niño, hijo de su finado y la señora Magdalena…” De Abraham, Barra se dice que tuvo un disgusto con el finado y de Leonides en esa edición se dijo que cuando había sido secretario del trabajo de la sección 30 había tenido “Una directa participación” en la masacre del 6 de julio de 1958, pero como no fue integrado al cuerpo de gobierno del sindicato “haya ideado venganza” en contra de los dirigentes obreros ya que tras el crimen los primeros sospechosos serían ellos pues el finado “ denunciaba los malos manejos de las autoridades civiles y sindicales”. Más adelante el texto dice” aunque esta clase de venganza se antoja demasiado maquiavélica los informantes opinaban que todo es posible en este mundo”.
El 10 de agosto La Opinión informó sobre la detención de Juan Herrera Trejo e Ignacio Neri quienes confesaron ser los asesinos materiales del periodista. Herrera mencionó que el mismo día del crimen le dijo a Nicolás Tello, hermano de Juan, que había cometido el homicidio.
El 17 de agosto La Opinión Publicó “Fueron Tello y Trejo” y en el cuerpo de la nota se dice que “Juan Herrera Trejo fue “El autor material del homicidio y …Nicolás Tello González quien lo instigó a que cometiera el crimen” sobre los motivos se dijo que fueron “Los disgustos tenidos entre la familia Tello con Altamirano por Magdalena Garay y también de los ataques de que había sido objeto Juan Tello González, de parte del periodista y que lo estaban perjudicando en su carrera política”.
El 18 se publicó que Juan Herrara Trejo, el ex caudillo popular Juan Tello González y su hermano Nicolás como autores de la muerte de Altamirano. El 22 de agosto se dio a conocer que “los 4 acusados fueron declarados formalmente presos. Trejo el autor”. En esta nota se indica que Juan Herrera Trejo, Nicolás Tello González, Ignacio Neri Soberanes y Leonides Barra fueron consignados como autores del homicidio.

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