La necesidad urgente de José Luis Banda Cruz, para que alguien le cuide las espaldas una vez que deje de ser presidente municipal de Naranjos Amatlán, en Veracruz, lo obliga a forzar candidaturas y violentar los tiempos de los partidos con mentiras.
En Morena todavía no empiezan las encuestas abiertas a la militancia para seleccionar candidatos, y el alcalde Banda Cruz ya tiene su propio candidato y su propia banda de delincuentes en el norte de Veracruz. Pero no sólo eso, sino que asegura que irá en alianza con el Partido Verde, que todavía no sabe cuál será el mecanismo de selección para sus abanderados. Es más, ni siquiera el Partido Verde sabe si va en coalición con algún partido. Todo es un invento producto de su desesperación por mantenerse impune de varios delitos, pero, sobre todo, el de corrupción.
En medio de este mundo de mentiras, José Luis Banda asegura que ya hay candidato y, además, que cuenta con las simpatías de la mayoría de la gente de Naranjos, cuando en realidad nadie lo conoce, cayendo en delitos electorales graves.
Ahora se explica el afán desmedido por figurar ante los ojos de la actual gobernadora durante su campaña e intentar aparecer como el impulsor del reservorio de agua, del que quería adueñarse no sólo de su creación, sino de su administración. Intentó, por todos los medios, figurar como el gran personaje de su localidad a pesar de que la mayoría de la gente lo rechaza.
Es urgente que el próximo alcalde sea su incondicional para que no se dé a conocer el cochinero que hay en la administración de Naranjos. Por eso promueve a un tal Juan Zaz en una propaganda ilícita, no sólo por no tomar en cuenta los tiempos de cada partido, sino por usar indebidamente sus logotipos en una propaganda que debe autorizar el organismo, así como al abanderado.
En el cartel se muestra, de manera evidente, la ignorancia de quien lo redactó, que seguramente es el propio dueño del circo, José Luis Banda. Porque en lugar de decir «vislumbra», escribieron en el cartel falso «deslumbra», lo que habla de la gran ignorancia del alcalde, quien dice tener hasta doctorado. Desde luego, con certificados y acreditaciones de la escuela de la que es propietario, cuya construcción realizó con dinero de origen desconocido.
Se trata de un personaje que quiere parecer amigo del pueblo, cuando en realidad sus acciones lo colocan en la derecha. Es conocido por su activismo religioso, por el que ha recibido reconocimiento de las instancias más conservadoras de la entidad.
La educación exige en este momento que todas las escuelas como las suyas cuenten con los permisos necesarios y las condiciones adecuadas para enseñar y aprender. Desde su apertura nunca ha habido una supervisión de la Secretaría de Educación Pública, inspección que seguramente evitó corrompiendo empleados de la dependencia, porque no cumple con los requisitos adecuados que exige la reglamentación.
Esa es una de las muchas razones por las que el presidente municipal quiere que lo sustituya un amigo. De otra manera, seguramente irá a dar a la cárcel o, por lo menos, sería inhabilitado de por vida para ocupar un cargo público, y su ambición es seguir medrando del erario.
De su enfermiza voracidad ya es testigo la gobernadora. Sabe que intentó robarle el proyecto del reservorio a uno de los amigos más cercanos de Rocío Nahle, con quien trabajó y desarrolló planes y estrategias profesionales de trascendencia. Pero hay mentirosos que no conocen el límite de sus alcances y creen engañar a todos, quedando como alguien a quien nadie puede ver por su adicción a distorsionar la realidad en beneficio propio.
Es por eso que, en lugar de tener amigos, suma enemigos a su paso por la administración pública. Ahora será el pueblo el que aniquile sus ansias de poder, su deshonestidad y su ambición, porque se ha echado encima a la gobernadora, a Morena, al Partido Verde, a la CAEV, por intentar robar proyectos y agua en su beneficio, y trata de burlarse de todos ellos colocando a un amigo como heredero del trono para que vaya diluyendo y ocultando las evidencias de su pésima administración y el saqueo de un municipio por el que no hizo nada bueno.