Tlatelolco fue fundada en 1337, establecida al norte de Tenochtitlán en una isleta a la que se nombró “Xalteoltolco: Lugar del montículo de arena” que más tarde se conocería como “Tlatelolco: Montículo redondo”
Esto tiene un precedente mítico que se relata en “La tira de la peregrinación” en donde se relata que la peregrinación que llevaron a cabo nuestros ancestros, empezó cuando partieron de
Chicomóztoc “Lugar de las siete cuevas” hacia el lugar en donde finalmente se asentarían.
La ciudad se fundó por un grupo que se separó de esta procesión que era guiada por su Dios, Huitzilopochtli. Este Dios les regalo a ambos grupos, dos objetos que eran completamente diferentes; al primero le dio una piedra verde, le fue dado a los Tlatelolcas y el otro, eran dos palos con los que aprenderían a hacer el fuego, el grupo al que le fueron concedidos los palillos, fundó Tenochtitlán. Esto desencadeno una pelea entre los grupos por los objetos, sin embargo al final no hubo un cambio en las posesiones de los bandos, cosa que según muchos autores como Guillem, no solo desencadenaría disputas, sino también su separación debido a que la pelea que se originó por los artefactos originaría una relación inestable, con su cuidad gemela como se vería en años venideros…
La historia de Tlatelolco es tan antigua como la de Tenochtitlan. Era conocida como su ciudad gemela, aunque las vocaciones de ambas son muy distintas. Cuentan algunos de los códices e historias orales que durante en su peregrinación, los aztecas hallaron dos bultos mortuorios, uno contenía una piedra valiosa y el otro unos huesos. El Dios Huitzilopotchtli decidió que quienes tuvieran la piedra deberían dedicarse al comercio y quienes tuvieran los huesos, ser grandes guerreros. Así fué como Tlatelolco se consolida como el principal centro comercial del México Prehispánico y Tenochtitlan como el centro político y militar.
