Una enorme grieta apareció en California tras el sismo de magnitud 7.1 que sacudió el sur del estado el viernes pasado.
No se reportaron decesos ni lesiones por el temblor, y las autoridades dijeron que los daños parecen no ser tan malos como se esperaba y que menos de 200 personas están refugiadas en albergues.
Los pocos daños se debieron principalmente a lo remoto del epicentro, pero el gobernador Gavin Newsom que el daño “es engañoso… No lo notas a primera vista”.
El mandatario estatal calculó el impacto económico en más de 100 millones de dólares, y afirmó que el presidente Donald Trump le llamó para ofrecer apoyo federal para la reconstrucción.