Reconocen a El Cabellal como nueva comunidad del municipio, señalan pobladores del núcleo asentado a un costado de la carretera Álamo-Tuxpan.
Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver.- El Cabellal, que se creó como núcleo de población mediante la invasión de un predio a la orilla de la carretera estatal Álamo-Ojite-Tuxpan, cuenta ya con reconocimiento como comunidad por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), destacaron residentes.
“Es una población nueva que ya ha sido reconocida por el INE, somos un grupo de campesinos, principalmente productores de maíz y otras semillas que produce la tierra, para lo cual producimos abonos e insecticidas orgánicos”, indicó el señor Donato Juárez Hernández, habitante de la localidad.
Abundó que el predio se conforma de 129 hectáreas, de las cuales se posesionaron el 21 de octubre de 2020; es decir, recién se cumplieron 4 años del establecimiento de las primeras chozas.
Detalló que se trata de 55 posesionarios que arribaron de diferentes localidades de Álamo y de los municipios de Castillo de Teayo y Huayacocotla. Actualmente cuentan con escuelas de los niveles preescolar, primaria y secundaria comunitaria atendida por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE).
Recordó que, como era de esperarse, tras apoderarse del terreno hubo intentos de desalojo; sin embargo, con asesoría de una abogada lo evitaron.
“Es una población nueva, ya está reconocida por el INE, y somos posesionarios legales del terreno donde estamos viviendo, y seguimos en los trámites para obtener títulos de propiedad como pequeños propietarios o como ejido”, reiteró.
Quien fuera secretario del Comité Agrario añadió que se encuentran en proceso la gestión de los beneficios que puedan obtener por parte de los gobiernos federal, estatal y municipal.
Refirió que el objetivo a corto plazo es lograr la electrificación y el engravado de las cuatro calles de la ranchería, lo que generará una mejor calidad de vida para las familias, cada una con 3 hectáreas cultivables, dedicadas mayoritariamente a la siembra de maíz hojero, criollo, negro y amarillo.
Donato Juárez mencionó que quienes se decían legítimos dueños de las tierras no pudieron comprobarlo con escrituras, por lo que “se consideraban tierras nacionales afectables”.
“La última vez que se presentó con nosotros el señor Gustavo Pérez Madrid, que se decía propietario, era con la intención de que nos iba a desalojar por la fuerza, pero no logró hacerlo, y dejó de hacerlo cuando no pudo comprobar ser el legítimo dueño”, concluyó.