Tecolutla, Ver. – Además de la devastación provocada en estructuras e inmuebles, un daño aún más catastrófico para los pobladores de la villa, es la deforestación que Grace provocó en la villa y en general en el municipio, por lo que una vez que la situación regrese en la medida de lo posible a la normalidad se deberá considerar la implementación urgente de campañas de reforestación.
Esto porque los vientos sostenidos que superaron los 200 kilómetros por hora y las rachas que alcanzaron hasta 240 kilómetros por hora, arrancaron de raíz árboles que llevan varias décadas o hasta más de un siglo, cumpliendo con su labor en la naturaleza.
La facilidad con la que el viento arrancó, quebró, desgajó y tumbó los árboles desde los más grandes y fuertes hasta los más débiles, alarmó a la población de haber sido arrasados por un fenómeno del que no se tenga registro.
Sin embargo, en el momento de la devastación no se magnificó la consecuencia que esto puede traer a mediano plazo, ahora que los troncos han sido cortados, las ramas retiradas del paso y las hojas quemadas o embolsadas se han dado cuenta de la importancia de lo que se perdió.
A pesar de que no hay un cálculo exacto de los árboles que se perdieron, podría hablarse de más del 50 por ciento de la flora que existía, pues muchos quedaron en pie, pero completamente quemados por el viento caliente.
Ante este desolador panorama, resultará necesario que los tecolutleños se unan como están acostumbrados a hacerlo en las adversidades para que recuperen los pulmones de su pueblo, y en breve pueda recuperar el verde de los árboles y con ello la purificación del aire.
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