Es conocida como una enfermedad producto de la marginación, pues se da en ambientes donde por efectos de éstas las personas están asentadas en zonas montosas, llenas de hierba y basura, por lo que esto constituye un albergue ideal para la llamada chinche besucona, la cual engloba en sí varias especies de este animalito que pertenece a la subfamilia Triatominae y las especies barberi, longipennis, gerstaeckeri, pallidepennis, proctata y proctata zacatecensis son las que se ven en México, siendo la más común y más fácilmente identificable la pallidepennis, por pequeños triángulos amarillos en los bordes del insecto.
Gran parte de la población de estos insectos son portadores del tripanosoma cruzi, que causa el tan temido y a la vez desconocido «mal de Chagas» al que se le da poca importancia pues se ve como algo lejano, o que no pasa en estas tierras, sin embargo, la presencia de la chinche besucona es una realidad ya en estas latitudes.
Todo empieza con la picadura del insecto. La persona al rascarse arrastra al parásito a la pequeña herida o a sus ojos y llega a la sangre, donde navega entre los glóbulos rojos.
MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA