Trámite resuelto. El 4-0 con el que los Wolves viajaron a Barcelona fue insuperable para un Espanyol que se ilusionó con un gran inicio, mismo que se fue disolviendo con el pasar de los minutos. El Wolverhampton sin Raúl Jiménez aulló en Cornellá el Prat para hacerle saber a sus rivales que están para grandes cosas en la Europa League.
El partido empezó con el Espanyol teniendo el balón y la iniciativa. Los catalanes saltaron al césped muy mentalizados que, pese al 4-0 de la ida, debían limpiar la imagen que dieron. Los Wolves, por su parte, buscaban la velocidad de Adama, que pronto vio la amarilla. La insistencia periquita tuvo su recompensa en el minuto 15, cuando Calleri culminó una jugada de Melendo por banda izquierda. Los pocos espectadores que se dieron cita en el RCDE Stadium empezaron a creer que el milagro era posible. La imagen y las sensaciones que transmitía el equipo eran muy diferentes a las de la ida.
Pero el sueño se esfumó en sólo seis minutos. Adama Traoré recogía un balón muerto en el área pequeña y no perdonaba con un disparo cruzado. La eliminatoria, si no estaba ya sentenciada en Inglaterra, se terminó definitivamente para el Espanyol con el tanto del exazulgrana. El encuentro, sin emoción, entró en una fase sin historia y, aunque los blanquiazules no dejaron de luchar, el empuje disminuyó.
Sin historia sobre el verde, la tensión se trasladó a la grada. Los miembros de seguridad tuvieron que intervenir con contundencia para calmar los ánimos. Desalojaron uno de los palcos donde habían aficionados ingleses. Y mientras los seguidores cobraban todo el protagonismo, Podence y Calleri disputaron de una ocasión cada uno.
En el minuto 55, el colegiado señaló penalti a favor del Espanyol y Calleri, que no tenía a Raúl de Tomás, ni a Embarba sobre el verde, asumió la responsabilidad y marcó. Los Wolves pudieron empatar por medio de Gibbs-White, pero el balón se fue alto. Los catalanes siguieron atacando, pero sin ocasiones claras y los ingleses, en un error de la defensa periquita, marcaron el definitivo empate a dos. El error de la noche lo tuvo Neto que, tras superar a Andrés, falló a puerta vacía.
Antes de concluir el partido, ya en tiempo de compensación, Calleri reclamó el derecho de llevarse la pelota del partido al anotar su tercer tanto de partido, con el que el Espanyol sellaba la victoria… un triunfo que no sirvió de mucho pues los Lobos aullaron y se llevaron el pase a octavos de final.
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