El sueño que le costó la vida; la joven policía murió tras ser emboscada
Oteapan, Ver. – Con tan solo 31 años, Anayeli Reyes Martínez luchó por cumplir sus sueños, pero uno de ellos le costó la vida. El pasado miércoles 26 de marzo, la joven, quien se desempeñaba como elemento de la Policía Estatal de Veracruz, fue víctima de una emboscada sobre la carretera federal 180D Cardel – Nautla, en el tramo Vega de Alatorre – Carranza. En el ataque también perdió la vida su compañero Pedro Madrigal, mientras que otro oficial se encuentra desaparecido.
La noche del jueves, un día después del ataque, el cuerpo de Anayeli llegó a su domicilio en el barrio El Naranjal, resguardado por sus compañeros de la corporación. Familiares, amigos y vecinos ya la esperaban, organizando un velorio tradicional con lonas, sillas, mesas y comida para despedirla con el respeto que merecía.
«Dejo todo en las manos de Dios»: madre de Anayeli
Entre llantos y rezos, su madre, Sofía, se aferró al ataúd de madera color café, donde descansaba su hija. Policías estatales rindieron homenaje cubriendo el féretro con una bandera de México y montando una guardia de honor.
“Dios, te entrego a mi hija, ilumina su camino. Todo lo dejo en tus manos porque tú eres mi rey y señor de señores”, exclamó Sofía, quien tuvo que ser sostenida para no caer.
Su tía, Irma Martínez, la recuerda como una joven dedicada y perseverante. “Siempre se esforzaba en todo lo que hacía. Lamentablemente, le tocó la mala suerte en el trabajo, algo que nadie esperaba. Pero al menos ya la tenemos en casa”, expresó con tristeza.
Madre soltera y el dolor de una despedida
Anayeli era madre soltera y su principal motivación era su hija de seis años, quien quedó en orfandad. Su madre la cuidaba mientras ella trabajaba, pero siempre se mantenía al pendiente de la pequeña. “Todos los días le hablaba para saber cómo estaba, y cuando descansaba, solo pasaba el tiempo con ella”, relató su tía.
En el velorio, una de sus hermanas acercó a la niña al ataúd. La pequeña, inocente, solo alcanzó a decir: «Es mi mamá», sin comprender la tragedia. Sus palabras conmovieron a todos los presentes, desatando un llanto incontenible.
El hogar de la familia Reyes Martínez se llenó de coronas de flores, intentando mitigar el dolor de una pérdida irreparable. Mientras tanto, las investigaciones sobre el ataque continúan, aunque la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, no ha brindado mayores detalles.
Anayeli será sepultada este viernes en el panteón municipal de Oteapan, dejando un legado de valentía y sacrificio.