De esta tendencia nació el término «Streamline Moderne», que fue aplicado a automóviles de pasajeros, camiones y otros tipos de vehículos ligeros, medianos o pesados como las bicicletas reclinadas.
Aunque ahora con los trenes de alta velocidad no sea una característica reseñable, en la época fue toda una revolución de este tipo de vehículos largos, estrechos y hechos a medida con sus ruedas cerradas.

Los conocidos como “Streamliners” tuvieron un desarrollo relativamente tardío. La llamada «Edad de Oro» de este tipo de transporte sucedía entre la década de 1880 y la Primera Guerra Mundial, alcanzando su punto álgido en la década de 1920 que fue en declive a partir de la crisis económica de 1930 suponiendo el fin de esta época gloriosa.
Después de 1929 la industria comenzó a registrar déficit anuales en los servicios de pasajeros y la Gran Depresión no hizo más que empeorar la situación.
Por mucho que lo intentaron los ferrocarriles no consiguieron frenar la aparición del automóvil, un invento asequible al que todo el mundo quería tener acceso, pero este fue el origen del nacimiento del tren aerodinámico, un convoy elegante, rápido y colorido que nos ha dejado estas maravillosas instantáneas para el recuerdo.













































