Castillo de Teayo, Ver.- Habitantes de las comunidades celebran las tradicionales posadas, con visitas cada noche a diferentes hogares donde reciben a José y María, en remembranza de su recorrido para encontrar un lugar donde naciera Jesús.

Estas posadas iniciaron el 16 y concluyen el 24 de diciembre, un novenario que representa los 9 meses de embarazo de María. Estas festividades navideñas convocan a la fe, esperanza y caridad, pero también a la convivencia con los seres queridos, señaló Claudia Elizabeth Pérez de la Cruz, coordinadora de la Pastoral de la Comunicación.

Las posadas que se lleva a cabo en las comunidades consisten en visitas a distintos hogares al caer la noche, con un recorrido breve por las calles en procesión.

Al llegar a un domicilio se pide posada para los peregrinos y, una vez alojados, se lleva a cabo una celebración religiosa, para concluir con un convivio en el que se ofrecen alimentos, café o chocolate, se reparten dulces para los niños y, en algunos casos, se rompen piñatas.

“Las posadas, como recta final del Adviento, nos ayudan a prepararnos para la Navidad, que es creer en el amor y a abrirnos a la esperanza de que las tinieblas nunca vencerán a la luz de Jesús”, concluyó Pérez de la Cruz.