Mecatlán, Ver.- El asesino de un abuelito falleció tras recibir una brutal golpiza, médicos hicieron todo por salvarlo, pero quedó en estado vegetal y después de unos meses murió.
Luego de tres meses de agonía, Manuel Santiago Márquez, alias El Pescadito, de 23 años de edad, falleció en su vivienda, en la comunidad de La Escalera.
El Pescadito tenía una orden de aprehensión por el delito de homicidio doloso, pues era acusado por sus vecinos de matar a Miguel Márquez Cruz Domínguez, hace dos años, cuando ambos estaban en estado de ebriedad y comenzaron a insultarse.
Se supo que en aquella ocasión Manuel agarró un palo y golpeó en varias ocasiones la cabeza de Miguel, un hombre de edad avanzada, quien falleció por un traumatismo craneoencefálico.
Como El Pescadito supo que la víctima había muerto y que las autoridades comenzaron a buscarlo para que pagara por el crimen, huyó de su comunidad y se fue al estado de Puebla.
Pasaron varios meses y Manuel estuvo libre en aquel estado, sin embargo, hace poco menos de cuatro meses fue atacado a golpes y aparentemente con un arma blanca le provocaron una herida en el cuello que le impedía hablar, posteriormente fue arrojado al río Atoyac, a la altura del municipio de Cuautlancingo, Puebla.
Lugareños de aquel lugar lo hallaron a orilla del afluente, lo daban por muerto, pero contaba con signos vitales, por lo que fue rescatado y llevado al hospital de traumatología y ortopedia Dr. Rafael Moreno Valle, pero como presentaba lesiones neurológicas y traqueotomía no podía proporcionar sus datos, por lo que fue boletinado para dar con sus familiares ya que cuando lo encontraron no tenía identificación.
Luego de tres meses de que El Pescadito estuviera internado, sus familiares lo hallaron y comenzaron con el trámite para llevárselo a su vivienda, donde 3 días después falleció, el pasado 25 de septiembre de este año.
Una vez que este sujeto llegó a su vivienda fue visitado por los detectives ministeriales, quienes lo tenían ubicado por el delito que cometió contra un anciano, pero al buscar a la familia del difunto Miguel, la viuda dijo que no quería nada, que hicieran lo que les competiera, pero que nada de eso reviviría a su marido.
Cabe recalcar que El Pescadito no tuvo identidad legal en vida ya que sus padres nunca lo registraron, por lo que muerto fue registrado, luego tramitaron su acta de defunción y así poder cerrar la investigación que tenía en su contra.
Amistades de El Pescadito lo hacían ver como víctima que había sido asesinado a golpes, cuando estaba huyendo por matar a un abuelito, “eso fue castigo divino, lo que se hace en esta tierra, aquí se paga”, comentaron algunos lugareños.