Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver. – «La ceniza nos recuerda nuestra fragilidad humana y nuestra precariedad como personas, y que en algún momento vamos a desaparecer», señaló el padre Adrián Hernández, vicario de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, en el marco de la celebración del Miércoles de Ceniza.
Con este ritual, abundó, inicia un tiempo litúrgico, con la oportunidad de acercarse a la Iglesia y cuestionarse a sí mismo si, como católicos, cumplen con los preceptos como acudir con frecuencia a la misa.
«El Miércoles de Ceniza es también un recordatorio, para que también nosotros nos acerquemos en este tiempo a esta penitencia, y acercarnos al sacramento de la confesión», añadió.
Refirió que el tiempo de la Cuaresma propone signos penitenciales, como la abstinencia, el ayuno y la oración, pero el ayuno no es solo privarse de no comer algo, sino más bien en un sentido más amplio, tomando conciencia de que se puede subsistir con lo necesario.
Asimismo, enfatizó que la oración es un pilar fundamental, con la cual se toma conciencia de la necesidad de Dios en todos los sentidos. Concluyó expresando.