La Quebradora, la Villahermosa y La Esperanza son tres sectores de la Colonia Morelos que se asentaron de manera irregular hace 25 años, hasta hoy los vecinos siguen sin tener escrituras de sus casas y padecen las sintomatologías sociales propias de una colonia popular a sólo unos metros del centro de Poza Rica.
-¿Por qué llegaste a invadir?
-«Nos cansamos de andar rentando», dice Ana mientras mira su casa a las orillas del río Cazones, inhabitable por el lodo que dejaron las lluvias.
La casa de Ana es la última en La Quebradora, uno de los sectores que se invadieron hace 25 años en la colonia Morelos, se encuentra a la orilla del río, casi sobre el muro de contención que evita que la furia del Cazones sea fulminante. Muchos empiezan con plásticos, pero la casa de Ana es de las más sofisticadas, ella y su esposo construyeron un cuadro de madera resistente, el suelo pantanoso sigue siendo de lodo.
Lleva 6 meses viviendo ahí, apenas le tocó la crecida del río. Con los más recientes huracanes y lluvias sacó sus cosas y se pasó a vivir a una casa que está en lo alto frente a la suya.
Ana y su marido son comerciantes, se dedican a la venta de mariscos en la playa de Tuxpan, por su actividad requiere viajar constantemente, sobre todo los fines de semana y en temporada vacacional.
La Quebradora es uno de los tres sectores de la colonia Morelos en Poza Rica que están habitados por asentamientos irregulares. En la entrada, tras la Secundaria Federal 3 también se encuentran los sectores Villahermosa y La Esperanza.
Las primeras invasiones llegaron en 1992. Marlene Mar es una de las vecinas precursoras que ha llevado la lucha para legalizar los terrenos, gracias a los colonos la mayoría de las casas de estos tres sectores de la Morelos cuentan con servicios de agua, drenaje y luz. Ha sido un arduo trabajo de convencimiento y negociación con los las instancias del ayuntamiento.
De acuerdo con Marlene Mar, cuando llegó hace 25 años no había claridad sobre a quién le pertenecían esos predios. Dice que Juan Arenas Ramírez fue quien se adjudicó la posesión de los terrenos pero que nunca resolvieron nada hasta que se murió. Antes de habitarlos, los bomberos tenían una zona de capacitación ahí, no había más que monte.
A lo largo de los años se fue poblando el sector de Villahermosa, La Quebradora y La Esperanza de gente a la que le era imposible acceder al crédito para adquirir o construir una vivienda; la mayoría de los que habitan estos sectores se dedican al comercio informal.
Los vecinos venden elotes, tacos, mole, artesanías y todo lo que esté a su alcance para vivir. El comercio informal tampoco les permite ningún tipo de seguridad social, no tienen derecho a enfermarse y cuando lo hacen deben tener ahorros suficientes para poder atenderse. Sin embargo, mucha gente ha pasado de tener casas de cartón, plástico o madera a construir sus casas de concreto.
“¿Ves esa casa?”, dice Marlene señalando una construcción modesta de dos pisos de material, “Es de puro elote”, comenta.
Van a vender de lunes a domingo, desde que sale el sol hasta que los rojos atardeceres de Poza Rica atisban la noche. Es gente de trabajo, reitera Marlene.
El año pasado que se murió don Juan Arenas Ramírez, supuesto dueño de los terrenos del sector Villahermosa, 36 familias decidieron empezar a pagar sus predios, llegaron a un acuerdo con los hijos del finado, pero como no pueden tener escrituras, solo 18 cuentan con un contrato en donde se les sede los derechos.
Marlene Mar comenta que en esta administración ha ido constantemente al ayuntamiento para intentar regularizar sus escrituras, incluso se inició un proceso con el notario pero no ha procedido porque no han tenido una resolución conjunta de cabildo.
En Villahermosa ninguna de las calles está pavimentada, pasa el arroyo Salsipuedes que desemboca en el río Cazones, por eso cuando llueve la zona se convierte en un foco de infección aún más grave que el que tienen a diario. Los candidatos en tiempo de campaña les prometen ayudarlos con la regularización de sus terrenos pero hasta el momento han pasado administraciones y no ha llegado a ningún acuerdo.
La problemática de La Quebradora es aún más aguda, gran parte de los vecinos padecen un rezago educativo, no han terminado la primaria y hay familias enteras abandonadas, varios hombres han sido levantados por el crimen organizado, de eso nadie quiere hablar, comenta una de las vecinas cuya casa de lámina de zinc se ubica atrás del muro de contención. Las desapariciones de jefes de familia son muy comunes en La Quebradora, las madres se quedan solas con los hijos.
Los colonos apuntan que invadieron porque se cansaron de andar rentando y que cuando llegaron ahí asumieron todos los riesgos que esto implicaba; con el paso del tiempo han ido convirtiendo los sectores en colonias dentro de la colonia, muy cerca del corazón de Poza Rica.
Atrás de la Lázaro Cárdenas a unos pasitos del centro llegan a construir sus casas con lo que tengan a la mano, cartón, plástico, lámina. Asumen los riesgos de vivir a las orillas del Cazones.
Por Griselda Cruz















