En el primer debate presidencial de Estados Unidos entre Joe Biden y Donald Trump, el republicano dominó el cara a cara arremetiendo con toda su artillería y armado de mentiras. Desde la agenda migratoria hasta las guerras en Ucrania y Gaza, Trump se ensañó con su contrincante, quien mostró debilidad y falta de claridad, especialmente notable en algunos de sus lapsus iniciales.
«Creo que ni él mismo sabe lo que acaba de decir», lanzó el magnate tras una de las vacilaciones de Biden. «Eres un perdedor», le espetó luego el presidente, en referencia despectiva a los veteranos, mencionando a su hijo Beau, fallecido por un cáncer cerebral tras servir en Irak.
Biden, por su parte, defendió las sentencias de los condenados por el asalto al Capitolio: «Los que están en la cárcel por el 6 de enero merecen estarlo». Esto contrasta con la posición del republicano, quien calificó la insurrección como una «protesta pacífica».
La vicepresidenta Kamala Harris rechazó la idea de un Biden vacilante al afirmar: «Hubo un principio débil pero un final fuerte. Biden es extraordinariamente fuerte», concluyó al término del debate.