Por José Luis Pacheco Espinoza
Ser ampáyer en el beisbol o softbol es tan complicado, al menos así parece ser aquí, porque los anteriormente llamados “Hombres de Azul”, por su tradicional antigua vestimenta formal dentro del terreno de juego, ya que en su gran mayoría se la pasan muy mal durante el desarrollo de un partido, aunque me queda claro que en muchas ocasiones son ellos mismos quienes complican las cosas, y no importa si es primera, segunda o tercera fuerza, en todos lados se cuecen habas.
Al ampáyer le reclaman los jugadores, los managers y hasta el público, y en muchas ocasiones lamentablemente no es por desconocimiento del reglamento, sino que el lío es por marcar jugadas de apreciación, obviamente se trata de acciones que no son de reglamento y alguien en el campo tiene que dar un veredicto, lógico que si se marca por ejemplo un out en home en una jugada muy apretada, alguien no estará de acuerdo y de ahí vienen los reclamos, justos o no, pero quien pasa un mal rato es el ampáyer.
Acaba de pasar una jugada, con ampáyer atrás del pitcher, donde el bateador hace swing, la pelota bateada va hacia el suelo, pica y sale hacia la tercera base, es una acción muy rápida, el antesalista tira a primera base y el ampáyer marca out; para el ampáyer fue jugada normal, el bateador no corrió sino que se quejó de que le pelota le pegó en el zapato. El manager reclamó airadamente e insultó al ampáyer y este lo expulsó del juego; el arbitro aseguraba que era jugada legal, pero el manager le decía “solo dime que no viste la jugada y no hay problema”, sin embargo este decía que sí había visto y la pelota pegó en el piso y no en el zapato, ¿quién tiene la razón en una jugada muy rápida?, oficialmente debe ser el ampáyer pues es la máxima autoridad.
Otra jugada, corredores en primera y tercera, con un out; sale un elevado pegado a la línea por el jardín derecho, a “cordón de zapatos” el filder atrapa “de aire” la bola, ambos corredores hacen pisa y corre; piden apelación, el pitcher revira a primera y el ampáyer marca “safe”, piden otra apelación, ahora el pitcher tira a tercera y el ampáyer marca “out” y termina la entrada. El ampáyer estaba atrás del pitcher y difícilmente podría ver simultáneamente si el filder atrapa la bola “de aire” y si los corredores hicieron correcto el “pisa y corre”, por lo que se le vino el mundo encima al arbitro.
¿Hizo bien el ampáyer en marcar de esa manera? Validó una doble apelación que legalmente es correcta, pero su error fue marcar un out en tercera base sin tener la seguridad si se hizo de manera correcta el pisa y corre, pues para ver si el filder atrapó la bola debió estar de espaldas a tercera.
Pero bueno, también hay managers o incluso jugadores que cada lanzamiento reclaman: “está bien, pero solo marca parejo para los dos”, es una frase común que se escucha cuando un manager siente que el ampáyer está favoreciendo al rival.
Si se trata de una jugada de apreciación, si un ampáyer está seguro que marcó bien debe mostrar seguridad en sus decisiones, si alguna jugada no la ve o tiene duda lo mejor es marcar lo que su criterio le diga, pero igual mostrar seguridad y no titubear. Ah, pero jamás debe corregir o enmendar con la siguiente jugada porque se equivocaría entonces dos veces y agrandaría más el problema.
Las jugadas de apreciación jamás deben reclamarse, pues ¿se imaginan un partido sin ampáyer? No creo que sea posible realizar un juego oficial así porque nadie se pondría de acuerdo para decidir marcaciones, por eso es importante contar con el arbitro, pero así como se dice, a los juegos hay que ir a relajarse, a sacar el estrés, y no ir a discutir o pelear, los ampáyers también tienen que llegar al campo con una actitud positiva, no deben de ser prepotentes como algunos lo son, deben imponer autoridad, pero con respeto. Como dicen: “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”.
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