TRIBUNA CENTRAL

Por José Luis Pacheco Espinoza
Se acabó la carrera deportiva de la marchista mexicana María Guadalupe González, subcampeona olímpica de marcha en 2016, quien ya había sido castigada por cuestiones de dopaje y no pudo acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero ahora fue suspendida durante cuatro años más por romper las reglas antidopaje.
Lupita González, como mejor se le conoce en el medio del atletismo mexicano, cuenta actualmente con 32 años de edad y como el Tribunal de Dopaje Internacional volvió a fallar en su contra, ahora estará inhabilidad hasta el año 2026, por lo que así como no fue a Japón, se perderá también los Juegos Olímpicos que se realizarán en París en el año 2024.
De acuerdo con el comunicado oficial, Lupita González en su afán de querer quitarse de encima la sanción solo agravó más la situación, porque se dice que: «La señora González Romero ha cometido una infracción de las normas antidopaje de acuerdo con el artículo 2.5 del Reglamento Antidopaje (ADR), y como consecuencia se le impone un periodo de suspensión de cuatro años que correrá consecutivamente al periodo de suspensión ya impuesto hasta el 15 de noviembre de 2022, por la infracción de los artículos 2.1 y 2.2 del ADR».
En julio del año pasado, Lupita fue acusada o sobreacusada, porque ya había sido acusada previamente de querer manipular la información vertida por los investigadores y su nueva sanción terminará el 15 de noviembre de 2026.
Entiendo a los deportistas que quieran sobresalir, pero si saben que en el deporte de alto rendimiento hay control antidopaje, entonces deberían de controlar la ingesta de anabólicos, que como se sabe, son contaminantes del cuerpo que generan mayor volumen muscular, mayor fuerza o mayor resistencia física, pero, ¿a cambio de qué?, saben que si no son detectados como a muchos les debe a ocurrir, pues aparentemente no pasa nada, pero si eso sucede entonces adiós carrera.
Supongo que los entrenadores están enterados de lo que consumen sus deportistas o hasta quizás ellos mismos les sugieren hacerlo.
Me queda claro que si a Lupita le faltaba tener mayor volumen muscular para ganar fuerza, debieron someterla a entrenamiento extra en algún gimnasio o hacer rutinas distintas en cerros para fortalecer las piernas o alguna otra parte del cuerpo; pero la otra opción, la fácil, es consumir anabólicos, y planean las cosas para decir que fue en la comida como les llegó a su cuerpo sin que ellos lo supieran.
Se le acusa de tener en su cuerpo trembolona, que dijo ella en su momento fue adquirido por su cuerpo contra su voluntad en la comida previo a los Juegos Panamericanos de Lima 2019, no le creyeron y la suspendieron.
Dicen que la Federación Mexicana de Atletismo y ni siquiera Ana Gabriela Guevara en la CONADE la quisieron defender y dejaron que le aplicaran la dura sanción.
Si lo hizo con conocimiento de causa se lo merece, pero si no entonces es una injusticia para ella como deportista, y más que a los futbolistas mexicanos los acusaron de meterse Clembuterol, entre ellos Memo Ochoa, allá por el 2011, pero los perdonaron porque intervino la Federación Mexicana de Futbol, y me pregunto, ¿por qué a ellos sí y a Lupita González no?, ¿será porque los futbolistas representan millones de dinero para los dueños de equipos?

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