TORMENTAS ELÉCTRICAS

Los medios de comunicación en el desastre

La semana pasada, Poza Rica y la región fueron escenario de intensas tormentas eléctricas que iluminaron el cielo con potentes descargas. Para muchos, fue un espectáculo natural; sin embargo, detrás de cada rayo existe un riesgo silencioso que puede traducirse en pérdidas humanas, daños materiales e interrupciones en servicios básicos.

El fenómeno y sus repercusiones
Un solo rayo alcanza temperaturas superiores a 30,000 °C y transporta la energía suficiente para provocar incendios, afectar transformadores, dañar equipos electrónicos y generar apagones en toda una zona. En ciudades como Poza Rica, con alta densidad poblacional y fuerte infraestructura petrolera y energética, los riesgos se multiplican: desde cortocircuitos en instalaciones de PEMEX hasta la caída de árboles que interrumpen la movilidad urbana.

Además, las descargas eléctricas ponen en riesgo directo a las personas que se encuentran en espacios abiertos: trabajadores del campo, transportistas, deportistas o cualquiera sorprendido al aire libre.

La legislación mexicana establece lineamientos claros para reducir estos riesgos:

  • NOM-022-STPS-2015: condiciones de seguridad en el manejo de electricidad estática.
  • NOM-029-STPS-2011: mantenimiento de instalaciones eléctricas en los centros de trabajo.
  • Ley General de Protección Civil: obligación de contar con planes internos de protección civil en empresas, escuelas e instituciones.
  • Sistema Nacional de Protección Civil: protocolos específicos para fenómenos hidrometeorológicos.

El cumplimiento de estas normas no solo es un requisito legal, sino una herramienta clave de prevención.

La experiencia reciente nos recuerda que la prevención debe comenzar en casa y en la vida cotidiana:

  • No refugiarse bajo árboles aislados ni postes metálicos.
  • Alejarse de cuerpos de agua y suspender actividades acuáticas.
  • Desconectar aparatos eléctricos durante tormentas para evitar sobrecargas.
  • Si conduce, detenerse en un lugar seguro y permanecer dentro del vehículo.
  • Empresas e instituciones deben garantizar sistemas de pararrayos, tierras físicas y suspender actividades en exteriores cuando se detecten descargas.

Las tormentas eléctricas son parte de nuestra temporada de lluvias, pero no por ello deben normalizarse. Lo ocurrido en Poza Rica en los últimos días es un llamado a reforzar la cultura de autoprotección: desde acciones simples de la ciudadanía hasta la implementación rigurosa de normas de seguridad en empresas y espacios públicos.

El trueno que escuchamos no solo anuncia lluvia, también nos recuerda que la naturaleza impone sus reglas y que nuestra mejor defensa sigue siendo la prevención.

Nos leemos el próximo lunes.
@llamada de emergencia