Llama presbítero a reflexionar sobre el daño a la naturaleza tras la inundación en Álamo.
Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver.- Tras la gran inundación que el pasado 10 de octubre devastó la ciudad, este domingo 19 se celebró la primera misa en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores. El templo, que solía llenarse durante la celebración del mediodía, contó apenas con 20 feligreses, entre ellos tres religiosas.
Durante la homilía, el párroco Guillermo de Olmos Pérez ofreció un mensaje de aliento, pero también de reflexión sobre las causas del desastre.
En entrevista, señaló que la humanidad debe asumir su responsabilidad por el daño causado al medio ambiente, recordando que “Dios no es el causante de estas tragedias, sino nosotros mismos, por haber destrozado la naturaleza”.
El sacerdote citó las palabras del papa Francisco, quien ha exhortado a cuidar “la casa común”, lamentando que en lugar de protegerla se le haya convertido en un “basurero”. Afirmó que los desastres naturales son consecuencia directa de las malas acciones humanas contra la creación.
Pese a la gravedad de la situación, el padre De Olmos destacó la solidaridad y los reencuentros que han surgido en la comunidad, subrayando que “el sufrimiento no hace distinciones, y esta vez la inundación afectó por igual a todos”. La parroquia también resultó seriamente dañada, con un nivel de agua que alcanzó los cuatro metros sobre la banqueta, afectando además a la mayoría de las capillas de la ciudad y de las comunidades vecinas.
Finalmente, el párroco invitó a los asistentes a no perder la esperanza y a valorar los bienes espirituales por encima de los materiales. “Muchos confiamos demasiado en nuestras posesiones, pero hoy comprendemos que lo más importante no es lo que tenemos, sino la fe y la vida misma”, concluyó.
















