Sodas Garza, primer refresco embotellado en Poza de Cuero 

UNA MIRADA ATRÁS
Por JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ  BADILLO
Después de la caída de producción en el campo de Naranjos, antes Amatlán, Don Luis Garza Cantú visitó el campo petrolero de Poza Rica en 1935, del que se oía mucho sobre expectativa de un nuevo yacimiento muy rico. Con la intención de hacer una nueva y esperanzadora vida empresarial, comprobó el dinamismo que había en Poza de Cuero, y en particular en el Kilómetro 52, lamentablemente no encontró el terreno que él hubiera gustado y compró en la ribera sur del Arroyo del Maíz, dentro de lo que hoy es la colonia Lázaro Cárdenas, donde trató el terreno y días más tarde compró. Ahí, instaló su casa, una tienda de abarrotes y la primera embotelladora en lo que hoy es Poza Rica.
Luis Garza Cantú era originario del estado de Nuevo León, fue hijo del matrimonio formado por Don Leandro Garza y Doña Petra Cantú; sus dos hermanos fueron Leopoldo y Arturo. Luis de joven trabajó como mecánico en el ferrocarril en plena revolución, pero al pasar por la capital de San Luis Potosí conoció a la señorita Modesta Ovalle Ibarra a quien persuadió de que se casarse con él; la unión fue en el año de 1928. Se establecieron en la ciudad de Tampico, donde nacieron Arturo, Rosa, Socorro y Alicia.
Al paso de los años, Luis Garza se establece en el Campo Petrolero de Amatlán, Veracruz, donde instala una mega tienda de abarrotes en general, siendo la más grande y surtida de la región, comercio en donde se surten la mayoría de gente de ese lugar y los colindantes. Se tiene el privilegio de ofrecer todo lo que se pudiera en aquellos tiempos, herramientas, enseres para el campo agrícola y ganadero, la práctica de la talabartería, lo necesario para la despensa, medicina, productos de importación, enlatados, refrescos y cerveza embotellados y vinos de toda clase de calidad y precio, las golosinas para niños; lo que permitió que se acreditara.
La atención personal y buena relación en el medio social e industrial le permitieron ser exitoso comercialmente. Surtía a los chinos que tenían comedores, cafeterías y lavanderías, supo manejar el crédito a los trabajadores petroleros que vivían en un campo de excelente producción y en varias compañías, las que cada una de ellas tenía su propia industria, lo que le generó una inmensa cantidad de empleos y flujo de dinero, que podía atesorar a todo aquel que tuviera disciplina financiera.

Don Luis Garza Cantú.

Garza Cantú tuvo la precaución de abastecerse en la Isleta Pérez de Tampico, en donde se producía todo lo que vendía, su mercancía era transportada vía marítima por el río Pánuco, canal de Chijol y laguna de Tamiahua, hasta San Gerónimo, de ahí por el tren de vía angosta de Compañía Huasteca Petroleum Company, de 42 kilómetro, hasta su base del Campo Petrolero de Cerro Azul.
El éxito de Luis inspiró a tenderles la mano a sus hermanos, apoyando a Raúl a instalar en la hoy famosa Curva en Cerro Azul una tienda de abarrotes similar a la de él en el año de 1935. Posteriormente una gasolinera, la que desde entonces existe en aquella ciudad, la tienda que cumplió por muchos años dando servicio y acercando a Don Raúl Garza con los funcionarios de la Huasteca Petroleum Co. quienes por muchos tiempo atendieron con la gentileza y deferencia de transportar  en su tren de vía angosta, la mercancía desde San Gerónimo a Cerro Azul.
Tras el éxito que obtuvo Raúl, Don Luis mandó a construir un local de madera en Zacamixtle para su segundo hermano, Leopoldo Garza Cantú, con la finalidad de instalar otra tienda, negocio que se asentó en el lugar de mayor movimiento del auge petrolero en esa zona y cuna del huapango de la Huasteca Veracruzana. En ese Campo Petrolero existió una gran concentración de compañías, fue uno de los lugares donde perforaron varios empresarios, existió un centro de diversión como si fuera Las Vegas a Escala, que atraía a muchos extranjeros y mexicanos que le dio éxito por el dinero que circulaba cada semana.
De tal forma que Don Polo, como se conoció en aquellos tiempos, fue empresario de enorme éxito, semejante que sus dos hermanos, hasta que llegó el final de la década de los treinta, cuando el auge petrolero fue cayendo de forma drástica por la explotación irracional de los yacimientos, esto con la compasión gubernamental y la impotencia de los trabajadores, que tenían orgullo de pertenencia por los ricos pozos que se explotaron, de igual manera que a todos ellos, lo que llevó a razonar a los tres hermanos en nuevas expectativas.

Arturo Garza Ovalle, fundador de la embotelladora Chaparritas El Naranjo.

Al denotar drásticamente el desplome de la producción petrolera del primer auge en la Huasteca Veracruzana, Don Luis Garza emprendió la búsqueda de un nuevo horizonte para invertir. Como ya había oído hablar en el medio del campo de Poza Rica, que ofrecía a los comerciantes emprendedores la oportunidad de pulir expectativas, trasladándose a ese lugar y ver personalmente la situación, la que le llenó el ánimo, después de analizar trató el terreno que mejor pudo considerar, el que estaba cerca del kilómetro 56, conocido coloquialmente como Las Vías.
Con el ánimo renovado regresó al Campo de Naranjo y contrató a su carpintero de confianza, Don Panchito, para la construcción de un inmueble de madera para una tienda de abarrotes, a un costado, su casa y en la parte superior diez habitaciones para lo que sería el Hotel Garza, una nueva empresa con visión, ya que en 1935 el Campo Petrolero de Poza Rica iniciaba y tenía alta demanda de este servicio.
Con un proyecto maduro de una nueva empresa, Luis Garza empaca mientras se edifica su nueva tienda y hotel, liquida los pendientes encabezando su caravana a Poza Rica, en donde inauguró su negocio lleno de competencia de los chinos, que también habían llegado prácticamente por el mismo año y en muy pocas semanas empezó a acreditarse con su gran experiencia corporativa, integrándose también a la gran sociedad de empresarios tuxpeños, que estaban integrando la Cámara de Comercio de Poza de Cuero, hoy llamada Manuel Ávila Camacho.
El Hotel Garza, que atendía Doña Modesta Ovalle Ibarra, pronto se avaló entre los trabajadores y agentes que venían a Poza Rica y Poza de Cuero, el que tenía fama de excelente calidad, la que se mantenía por la atención de la administración y la supervisión permanente, que también gozaba de un lugar totalmente familiar, por lo que su ocupación era una garantía de bienestar de sus huéspedes.

Publicidad de las Sodas Garza.

Con la aceptación social de la tienda de Don Luis Garza Cantú en Poza Rica, la vida de su familia entera tuvo una incursión muy destacada entre los funcionarios de la Compañía El Águila y los inversionistas de las Congregaciones de Poza Rica y Poza de Cuero, las más importantes en esa época, tenían el privilegio de asistir a fiestas, reuniones y funciones de cine en el interior de la colonia Americana, de tal manera que les enviaban a las hijas de Don Luis un kalamazoos para llegar a convivir de manera privilegiada, de similar forma cuando vivían en Naranjos, en el ferrocarril de vía angosta del kilómetro 22 a San Gerónimo y de ahí a Tampico.
Uno de los gestos más honorables y caritativos que se recuerda de Don Luis fue durante los movimientos de sublevación de los obreros en contra de la compañía El Águila, a quienes dio crédito para comisaria hasta cuando tuvieron para pagar durante las huelgas laborales, fio al que lo solicitara, en la mayoría de los casos a la palabra, lo que coadyuvó a que las familias mitigaran el hambre en esos días de prolongados reclamos, incluso en la huelga de los 57 días y la de expropiación de la industria petrolera.
¡Loable, simplemente loable!
Con el éxito que Luis Garza tenía, en el año de 1942 inició un nuevo proyecto de gran magnitud, después de ver varios tipos de embotelladoras de refresco se fue a Tampico y de ahí a Monterrey para adquirir el equipo y los accesorios que se requieren para instalarlo dentro de su hotel, previamente mandó a construir una galera de madera para la asepsia de las botellas, las mesas donde se lavarían a mano, acarreando con ello una industria que generó empleos, aplicando la higiene que se requería para lograr la aceptación de la población.
Durante su estancia en la ciudad regia incluyó la adquisición y convenios para el abastecimiento permanente de los insumos para la elaboración de refresco, que fueron de diferentes sabores; de igual manera, se ordenaron las botellas de vidrio que se ocuparían en dos tamaños, que se denominaron chica y grande. Dentro de esa visita, se diseñó el logotipo de la marca, datos técnicos y de difusión en el envase del refresco. No se omitió adquirir los vehículos repartidores.

Socorro y Alicia Garza Ovalle en un pasillo de la casa, colindando con el Hotel Garza.

Cuando los recipientes de mezcla, banda para las botellas, la llenadora de líquido, cajas en donde se estibaban y repartían, en Poza de Cuero y las congregaciones de la región donde empezaron a disfrutar del primer refresco gaseoso conocido como «Sodas Garza», que tuvieron un proceso totalmente profesional, desde los químicos, hasta la entrega en una flotilla de camionetas. Los promocionales fueron de gran impacto; la corcholata tenía al centro una garza, en el perímetro de esta, decía “Embotelladora Orange, y con letras pequeñas Ávila Camacho, Veracruz.
Los hijos de Luis y Modesta se realizaron en Poza Rica. Arturo Garza se casó con Rosa Pulido, Rosa Garza Ovalle con Fernando Moniet y Socorro se casó en 1942 con José Escribá Márquez en Tampico, más tarde llegaron a Poza Rica, en donde José trabajó en la Iniciativa Privada y posteriormente en Petróleos Mexicanos, el matrimonio tuvo a José Luis, Carolina, Socorro, Jorge, César y Alicia, todos personas de bien, mismos que siguen adorando Doña Socorro, quien en la actualidad cumplió noventa y siete años.
Cuando llegó el día en que Don Luis Garza Cantú se retiraría de la vida industrial, dejó a su hijo Arturo Garza Ovalle su empresa, empero en 1960 se retira Sodas Garza para iniciar una marca, Las Chaparritas Del Naranjo, instalando una nueva embotelladora en la Avenida Independencia, hasta que estas desaparecieron y así terminó la trayectoria de una familia empresarial que apostó a esta gran ciudad de Poza Rica.
¡Lo que no hay que olvidar!

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