Desde hace más de dos semanas, el tesorero del Ayuntamiento de Tuxpan, Luis Arturo Zavala Jiménez, ha evitado responder sobre los pagos atrasados a proveedores, generando creciente inconformidad entre empresarios y prestadores de servicios, quienes están al tanto del saqueo a las arcas municipales desde la administración de José Manuel Pozos Castro y de su “títere”, Jesús Fomperoza Torres.
Y es que la evasiva del funcionario, al no atender a ninguno de los proveedores, se ha convertido en una constante para quienes buscan aclarar el estatus de sus pagos, algunos con varios meses de retraso. Entre los afectados se encuentran constructores, papelerías, servicios logísticos y muchos más, quienes han cumplido sus compromisos con la administración municipal, pero no han recibido el pago correspondiente.
Fuentes de la tesorería revelan que ya no hay recursos ni siquiera para cubrir las últimas prestaciones de los trabajadores sindicalizados y de confianza del Ayuntamiento.
La situación no es desconocida para el alcalde Jesús Fomperoza Torres, quien, sin embargo, no ha logrado intervenir ni resolver el problema, pues ha sido parte de la corrupción que ha imperado en el actual gobierno. De acuerdo con diversas fuentes, es el propio tesorero Zavala Jiménez quien decide a quién pagar y a quién no, ejerciendo un poder que supera incluso al del presidente municipal.
Ni siquiera un contrato firmado garantiza el cumplimiento de los pagos acordados, ya que la tesorería carece de fondos debido a los excesos cometidos desde el inicio de la presente administración.
La opacidad con la que Zavala Jiménez ha manejado los recursos públicos alimenta la sospecha de que busca beneficiarse personalmente antes de que concluya la administración, lo cual ocurrirá en poco más de tres meses.
La falta de pagos afecta no solo a los proveedores, sino también a la imagen pública del gobierno de Fomperoza Torres, quien cierra su gestión con severos cuestionamientos por la falta de transparencia y el descontrol en las finanzas municipales, así como por la grave corrupción que imperó desde la administración de José Manuel Pozos Castro.