Tuxpan, Ver.- La corrupción e impunidad siguen siendo dos de los principales fenómenos que laceran a la sociedad, advierten integrantes de la Red Católica de la Diócesis de Tuxpan.
La institución religiosa dio a conocer que los agentes de pastoral realizan un análisis, en el que identifican las repercusiones que la corrupción provoca en distintos ámbitos.
“Los efectos primarios son el fraude, la violencia, la complicidad, la delincuencia, impunidad e injusticia, y, como efecto secundario, podemos destacar primero el miedo, el enriquecimiento ilícito, la deshumanización y la pérdida del valor por la persona”, señalan.
En el análisis recalcan que la corrupción permea en todo México, “sobre todo en el estado de Veracruz y, aterrizando, más en nuestro municipio de Tuxpan…es algo complejo y a la vez delicado. La Iglesia no está exenta”, enfatizan los integrantes de la pastoral.
El documento, dado a conocer por la Red Católica, menciona que las causas principales es la ambición, la impunidad, la falta de honestidad y el abuso de poder, así también el egoísmo, el amor a lo material, la falta de valores y de amor a la persona, la prepotencia y la soberbia.
En el estudio, denominado “El signo de los tiempos: la corrupción ¿una guerra ya perdida?”, la Diócesis de Tuxpan abunda que los agentes de pastoral se han estado reuniendo para analizar la realidad parroquial, de la diócesis y de la sociedad.
Apunta que, de acuerdo con una evaluación de la organización Transparencia Internacional, dada a conocer el 9 de diciembre del año pasado, sitúa a México en el lugar 138 entre 180 naciones examinadas sobre niveles de corrupción en el sector público. En la escala de 0 a 100, el país obtuvo un puntaje de 28, donde cero significa muy corrupto y 100 significa libre de corrupción.
“Es necesario replantear, para saber qué estamos haciendo para evitar la corrupción. Es claro el mensaje, porque la corrupción destruye la vida cívica paulatinamente como un cáncer y es por eso que debe ser combatida. Ante ello surge el grito de ´Ya Basta´, que refleja el deseo de erradicar todo el daño que los corruptos provocan en las familias, en las empresas, en las sociedades y sobre todo en el mundo entero”, concluye.
















