Gutiérrez Zamora, Ver.- A más de un año del asesinato de quien fuera el director de Comunicación Social y principal asesor del alcalde Wilman Monje Morales, Alberto Cancino Álvarez, el hecho continúa impune, pese a que una de las líneas de investigación tenía que ver con tintes de carácter político y de intereses personales, ya que el verdadero poder lo tenía el político.
Desde el inicio de la presente administración el gobierno de Wilman Monje Morales ha sido uno de los más cuestionados debido a una serie de irregularidades en el manejo de los recursos públicos, que incluso han motivado observaciones y tiene abiertas investigaciones por parte de los órganos fiscalizadores del Estado, como el ORFIS y el Congreso por daño patrimonial que asciende a varios millones de pesos.
A lo anterior se suma que el año pasado en el municipio se suscitaron dos hechos que mancharon de sangre la administración del presidente municipal de Movimiento Ciudadano, cuando fue asesinado de dos balazos por la espalda el dirigente del Partido Verde, José Ramón Pérez.
Este último, esposo de la regidora Silviana Rodríguez Martínez, con quien Monje Morales había tenido fuertes diferencias políticas, ya que el finado era uno de los políticos con una fuerte presencia para buscar sucederlo en la alcaldía.
Pocos días después, el 18 de febrero del 2020, en la calle Violeta de la Avenida Benito Juárez, al llegar a su domicilio y en plena cochera, fue asesinado de cuando menos 5 balazos, el asesor y director de Comunicación Social Alberto Cancino Álvarez, quien era conocido como el “presidentito”, por el poder que tenía dentro de la administración municipal.
Incluso fue de la opinión pública el nepotismo que imperó durante los dos primeros años de gobierno, ya que Alberto Cancino metió en la nómina municipal a toda su familia, como el caso de quien fuera directora de Turismo, Carmina Álvarez Espinosa, el director del rastro municipal, Modesto Russi Lambert, y la directora del museo, Teresa Álvarez Espinosa, madre de Alberto.
Esta última, propuesta ahora como candidata de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal, como premio de consolación, luego del violento asesinato de su vástago, quien se presume fue borrado de este mundo porque estorbaba a los intereses políticos de grupos que llevaron a la alcaldía a Wilman Monje Morales.
Ambos hechos de sangre siguen impunes y al parecer las autoridades judiciales ya dieron “carpetazo” a las investigaciones, pues fuentes internas del gobierno municipal afirman que se movieron fuertes intereses económicos y políticos para dejar olvidado los hechos y dejar bien librado al alcalde Wilman Monje Morales, quien es cuestionado por su pésimo gobierno y los malos resultados que ha dado a la población.

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