La construcción del gasoducto Tuxpan-Tula se ha convertido en centro de protestas en municipios de los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo. Por un lado, se acusa a la compañía TransCanada de hacer obras con deficiencias técnicas, y por el otro, los pobladores se oponen a que la tubería cruce por sus propiedades.
El gasoducto, que partirá de Tuxpan hacia el altiplano, consta de una longitud de 250 kilómetros y 36 pulgadas de diámetro, y se espera que esté terminado a finales del próximo año. Sin embargo, hay poblaciones donde se oponen al trazo de la línea que transportará 886 millones de pies cúbicos diarios.