POR: LIC. GABRIEL DEL ANGEL.
La violencia es un flagelo que ha logrado desestructurar la armonía de las familias, de la sociedad y de manera individual de aquellos que la padecen y ejercen, lo que trae como resultado ciertos trastornos mentales que repercuten en su conducta, originados por alteraciones cerebrales que no les otorga una calidad de vida.
Seguramente no desconoces el grado de violencia que vive nuestro país y en general el mundo entero, por los diferentes medios de comunicación te enteras cada día de los lamentables hechos de violencia donde informar las cifras de muerte de vidas humanas se convierte en una estadística más y no parece ya incluso (lamentablemente) ser importante para nadie, principalmente para el gobierno que es el encargado de aplicar la ley y el responsable de que la paz social prevalezca como un derecho que tienen sus gobernados.
La violencia es a nivel mundial, está presente en todo el planeta, lo mismo en los países más pobres que en los más ricos, y es muy interesante para la neurociencia, psicología y filosofía el estudio de esta reacción humana, pues en pleno siglo XXI con tanto desarrollo científico y tecnológico cada vez existe más violencia, lo que demuestra que la tecnología y los avances en la ciencia no le han ayudado al hombre a controlar sus impulsos violentos, sino que al parecer lo han deshumanizado.
La historia moderna nos demuestra que la práctica de la NO LA VIOLENCIA llevada a cabo por grandes líderes políticos y espirituales puede ser el “antídoto” para combatir este flagelo de la humanidad, grandes personajes como Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela, Dalai Lama o Desmond Tutu han demostrado ser verdaderos guerreros de la paz, cuya arma para combatir la violencia ha sido la no acción de la misma.
En este artículo te comento las alteraciones neuropsicológicas que genera la violencia, así como que todos estamos expuestos a ella, ya sea como víctima o victimario, en un mayor o menor grado pero la agresividad vive dentro de ti, lo importante es saber cómo canalizar esa agresividad en forma positiva.
En una sociedad en donde cada vez los valores se pierden y donde esta misma propicia situaciones que te exigen utilizarla para alcanzar el éxito a través de ella, no podríamos negar que influye drásticamente para que se genere en tu entorno.
Revisemos el consumo que influye en la sociedad con canciones o corridos con apología del delito, “narcotización” donde te aseguran el “éxito” mas “fácil” y sin tanto esfuerzo a través de series de plataformas televisivas, padres que “entretienen” a sus hijos con video juegos donde matar es muy natural, así como la idea de que para alcanzar el objetivo debe ser a cualquier costo, incluso encima de quien tengas que pasar sin importar el daño que ocasiones, o como cuando te “diviertes” insultando a través de las redes sociales con tus “comentarios” agresivos a personas que emiten un criterio diferente al tuyo, sobre un determinado tema, lo cual lo haces para humillar desde el anonimato, además de la violencia que suele vivirse en los hogares, familiar, escolar, laboral, de género, raza, sexual, politica etc. en fin con todo esto y más de lo cual estoy seguro que con algo te identificas, aun con todo esto te sorprendes y te preguntas ¿porque esas masacres?, pues ahí tienes parte de la respuesta, esas son algunas de las causas, lo demás son las reacciones que el cerebro humano y su biología dan como respuesta de lo anterior.
La neurociencia ha tratado de explicar la violencia humana, hay desde hipótesis anatómicas que explican que se da por alteraciones de la amígdala cerebral, en la corteza orbito-frontal y en el hipocampo, desde el punto de vista fisiológico encontramos alteraciones en la secreción de la serotonina, variantes en la monoaminooxidasa, polimorfismos en el transportador de dopamina DAT1, desde el punto de vista ambientales influyen la exposición a temprana edad a ambientes agresivos, crianza por madres o padres distantes, abuso sexual, retardo mental entre otros, desde el punto de vista psicosocial influye la desnutrición, la exposición prenatal al alcoholismo, tabaquismo y drogas. Sin lugar a dudas todos estos factores influyen en el neurodesarrollo, pero ninguno es suficiente para generar una dinámica crónica de violencia.
Una de las teorías que explican la violencia parte desde el ámbito social, cuando se plantea que la agresividad se aprende a partir de la experiencia directa o a través de la observación, según ello, no solo aprendes a ser agresivo, sino que justificas que tu conducta de agresividad es la correcta en ciertas situaciones. Aunque existe diferencia entre las personas en relación con la agresividad, pues algunos suelen ser más agresivos que otros de una forma innata, pero la agresión constante es más frecuente en personas que han crecido bajo condiciones negativas, de constante frustración, por lo que han desarrollado una agresión defensiva, la agresión pasa a ser un derivado de la hostilidad y el resentimiento. Cuando no logras un acuerdo contigo mismo de las necesidades frustradas y no encuentras opciones de salida, difícilmente podrás frenar una dinámica agresiva.
La etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales, considera que la agresividad humana, como tantas otras conductas tendría su base en la filogenia, esta es la relación de parentesco entre especies, es decir las situaciones de agresión que se observa entre animales serian análogas a aquellas que se presentan entre humanos. Esto solo confirma que seguimos siendo profundamente animales, subanimales diría yo, ya que nunca veras a un animal asesinar a otro por una causa diferente a la subsistencia.
Los seres humanos seguimos siendo unos animales bípedos, pero como bien dijo Ghiglieri, “esa hermosa maquina capaz de crear las más bellas melodías y esculturas se transforma en oscuridad, irracionalidad, violencia y muerte bajo un coctel de circunstancias sociales”.
En conclusión, para frenar la violencia en la sociedad habría que realizar una intervención integral para combatirla, algunas o las más importantes serian:
1.- Un proceso de educación y enseñanza desde la familia, ya que esta es el primer ente regulador de la conducta humana, con espacios sanos de convivencia entre los miembros que la forman, esperando que lo recibido en el nicho familiar se proyecte en la sociedad, llámese trabajo o escuela.
2.- La escuela sin lugar a dudas es el ente de refuerzo de la educación que se recibe en casa,, por lo que todo aquel que tenga un vínculo con la educación debería ser preparado dentro del tema de la violencia y la manera de gestionar esas emociones que la producen, obviamente la capacitación con una mejor retribución económica para el personal educativo, van de la mano para poder obtener un mejor resultado sujeto a evaluación.
3.- Centros de salud y asistencia social.
4.- Grupos resilientes y de apoyo.
5.- Neuropsicologos como figuras de neurorehabilitación funcional.
6.- Legislar leyes que prohíban la agresión verbal y los descalificativos entre los diferentes actores políticos del país, lo cual solo genera divisionismo y agresión en la sociedad.
7.- Regular todo aquello que genere la apología del delito, principalmente en la música, cine, radio, televisión y redes sociales.
Estos pasos son un proceso de acondicionamiento a la convivencia humana, con el objetivo de que todo conflicto humano sea resuelto por la vía de la convivencia y la conciliación.
Concluyo preguntándote, ¿sabes controlar tu nivel de violencia? ¿Qué tanto contribuyes en ti y en tu entorno para que esta se genere?, analízate.
Finalmente te invito nos leas todos los lunes en la página de Facebook y Web del Mejor Diario de la Zona Norte del Estado de Veracruz, La Opinión.
Con el mejor de mis deseos porque seas feliz, perfectamente saludable y libre de todo sufrimiento.
NAMASTE.