Encuesta revela que una gran parte de la población enfrenta vulnerabilidad económica por falta de ahorros.
Una reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) revela que el 30% de los mexicanos no tienen ningún tipo de ahorro y no podrían cubrir sus gastos básicos por más de una semana en caso de perder sus ingresos. Este alarmante dato pone de manifiesto la vulnerabilidad financiera de una parte significativa de la población mexicana, especialmente frente a crisis económicas o emergencias inesperadas.
El estudio, realizado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), explica que esta situación está vinculada a diversos problemas como la inestabilidad financiera, el sobrendeudamiento y la incapacidad de las personas para enfrentar choques económicos. De hecho, 20% de la población podría cubrir sus necesidades durante una semana o menos con sus ahorros, mientras que 26% podría hacerlo durante un mes.
Uno de los factores que agravan esta vulnerabilidad es la falta de seguros y el limitado acceso al crédito formal, lo que restringe las opciones de muchas familias para hacer frente a situaciones de emergencia. En cuanto a los hábitos de ahorro, el informe también destaca que las mujeres y las personas que viven en áreas rurales son más propensas a enfrentar este tipo de dificultades económicas.
En el último año, el 40% de la población experimentó insuficiencia de ingresos al menos una vez. Aunque este porcentaje ha disminuido respecto al año anterior, sigue siendo un problema de gran magnitud, especialmente en mujeres (43%) y personas en zonas rurales (44%).
Para hacer frente a esta insuficiencia, el 69% de los encuestados recortó sus gastos, el 51% solicitó préstamos a familiares, y el 42% recurrió a sus ahorros. Sin embargo, un 13% de los encuestados optó por empeñar sus bienes, y un 9% se retrasó en el pago de sus deudas.
En el caso específico de las mujeres, la encuesta revela una desigualdad adicional. Menos mujeres que hombres tienen acceso a la propiedad de activos valiosos, lo que también limita sus opciones para aprovechar oportunidades económicas. Mientras que el 28% de los hombres son dueños de una vivienda, solo el 16% de las mujeres lo son.
Un ejemplo de esta realidad lo vive Misael Ortega, un joven de 27 años que, tras perder su empleo, tuvo que recurrir a sus padres para poder solventar sus gastos. En su testimonio, Ortega explica cómo pasó de celebrar su despido a enfrentar una situación económica crítica, que lo obligó a buscar empleo de inmediato, vender sus pertenencias y vivir con lo mínimo.
Este panorama resalta la urgencia de generar políticas públicas que promuevan la educación financiera, el acceso al crédito formal y mecanismos de ahorro adecuados para los mexicanos. Solo así se podrá reducir la vulnerabilidad económica y mejorar la estabilidad financiera de los hogares en el país.